El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el empresario Germán Larrea.EFE / CUARTOSCURO
Tras una tormenta de señalamientos de incumplimientos, imposiciones y privilegios, la última batalla entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el segundo hombre más rico del país, Germán Larrea, parece llegar a su fin. El mandatario ha asegurado que su Gobierno está a punto de llegar a un acuerdo con la empresa de Larrea, Grupo México, sobre el finiquito que tendrán que ser pagado por la terminación anticipada del contrato de construcción en el tramo 5 del Tren Maya. “Ya se está buscando un acuerdo, es un asunto de finiquito, que ellos tienen sus cuentas y nosotros tenemos otros datos. Ellos tienen sus argumentos, nosotros tenemos los nuestros y ya se aceptó el que haya una tercería, que los ingenieros militares definan cuánto es lo que se les debe de pagar por lo que hicieron”, declaró López Obrador en Palacio Nacional.
El magnate mexicano, poseedor de una fortuna de más de 25.000 millones de dólares, llevó ante los tribunales dos demandas para exigir una indemnización de parte de la Administración federal tras la decisión de terminar anticipadamente su participación en la construcción del tramo 5 del Tren Maya, la obra emblema del Ejecutivo. El consorcio formado por Grupo México y Acciona, ganó en febrero de 2021 un contrato de 17.815 millones de pesos (unos 914 millones de dólares) para construir un tramo del Tren Maya, sin embargo, poco más de un año después, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asumió el control de la obra. De acuerdo con la versión de los empresarios, los cambios de los tiempos de entrega y el trazado del tendido ferroviario orillaron al consorcio a concluir el convenio signado, pese a que ya habían realizado importantes desembolsos sobre el terreno.
Grupo México no ha confirmado que las demandas por el Tren Maya se hayan retirado, sin embargo, sí reconoció que existe un proceso de conciliación en curso. Para López Obrador el asunto ya está casi resuelto, solo es una cuestión de que los militares hagan cifras y lleguen a un convenio con la compañía. La tranquilidad con la que López Obrador abordó el asunto, casi como un tema zanjado, dista mucho del tono que utilizó la semana pasada cuando acusó a Grupo México de haber crecido al amparo de los gobiernos priistas de Carlos Salinas de Gortari y Ernestos Zedillo: “¿Quiénes son los de Grupo México? Los que recibieron los Ferrocarriles Nacionales en la época de Zedillo. ¿Quién es Grupo México? Pues una empresa a la que Salinas le entregó la minera Cananea”.
El actual desencuentro por el Tren Maya se enmarca en medio de la puja por Banamex, una transacción en la que Larrea figura como uno de los postores favoritos. Sobre la posibilidad de que el multimillonario y dueño de Grupo México asuma las riendas del cuarto banco más relevante en activos de México, López Obrador ya ha dado su visto bueno asegurando que el empresario es está al corriente con sus impuestos, representa al capital mexicano y no tiene un banco todavía entre sus activos por lo que se mantendría al personal que labora en Banamex.
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