Los 5 errores más comunes al cocinar pescado, y cómo evitarlos

El pescado es uno de los alimentos más saludables que existen, y los nutricionistas recomiendan comerlo dos o tres veces por semana. Contiene menos grasa que la carne y, si lo cocinamos a la plancha, al horno o al vapor, la cantidad de calorías es muy baja. Además, el pescado es bueno para la memoria, el corazón y los huesos, entre otros beneficios. Ahora bien, si queremos disfrutar al máximo del sabor y las propiedades del pescado, hay algunos errores a la hora de cocinar que debemos evitar.

No sacarlo antes de la nevera

Independientemente de cómo vayamos a preparar el pescado, es fundamental que lo saquemos unos 15 minutos antes de la nevera para que repose un rato a temperatura ambiente. Lo que ocurre si pasamos el pescado directamente de la nevera a la plancha o a la sartén es que, debido al cambio brusco de temperatura, la cara exterior se va a cocinar demasiado y el interior se va a quedar crudo.

No secar el pescado

También es muy importante secar el pescado después de lavarlo si lo vamos a hacer a rodajas o abierto. De esta manera, nos aseguramos de que el calor vaya a llegar a todas las partes del pescado y se cocine de manera uniforme. En el caso de que lo vayamos a rebozar, secar el pescado es clave para que el rebozado sea más homogéneo.

Cocinar el pescado demasiado

Cocinar el pescado durante mucho tiempo es uno de los errores más comunes. Medir el tiempo adecuado según el tipo de pescado y la forma de prepararlo es esencial para disfrutar de su sabor y textura. Lo que ocurre si lo cocinamos demasiado es que se va a quedar seco y sin sabor.

Echar sal antes de cocinarlo

¿Cuál es el mejor momento para echarle la sal al pescado? Lo más aconsejable es hacerlo después de cocinarlo para que no pierda sus jugos. Ahora bien, si vamos a preparar el pescado rebozado en harina, lo ideal es añadir la sal en crudo.

Quitarle la piel

En el pescado la piel es esencial para mantener la estructura del corte, ya sea en rodaja o en lomo. Si le quitamos la piel, la carne se va a deshacer en contacto con el calor y perderá su aspecto y todo el jugo. Si no queremos comernos la piel, simplemente tenemos que quitarla una vez el pescado esté en el plato.


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