Los 71 puntos de Mitchell, 60 de Doncic, 55 de Anteto... ¿Malas defensas o buenos ataques?

Los 71 puntos de Mitchell, 60 de Doncic, 55 de Anteto… ¿Malas defensas o buenos ataques?

En una sola, noche Donovan Mitchell va y clava 71 puntos, una cifra tan mastodóntica que a su lado los 54 que estampa Klay Thompson en la misma madrugada son ‘relativos’. A la siguiente, Giannis Antetokounmpo estampa 55. En una semana, no sólo los 71 de ‘Spida’, los 55 de ‘Anteto’ o los 54 de Klay, también los 60, los 50 y los 51 de Luka Doncic o los 47 de LeBron James. En un mes, todas estas gigantescas anotaciones más los 58 de Devin Booker, los 55 de Anthony Davis, los 53 de un Joel Embiid que se disparó hasta los 59 en noviembre o los 52 de Pascal Siakam.

Y hasta seis jugadores en la lista de máximos anotadores -los seis primeros-, registran medias de 30 o más puntos con Doncic en cabeza (34,4) seguido del mismo Embiid (33,5), Giannis Antetokounmpo (32,8), Jayson Tatum (31), Shai Gilgeous-Alexander y Stephen Curry (30). Además, aunque ahora han bajado algo con 118, los Boston Celtics han llegado a un bárbaro rating ofensivo esta temporada de 121 para alcanzar la categoría de mejor ataque de la historia. Según cifras de StatMuse, los Nets de la campaña 20-21 ostentan el rating ofensivo más alto con 118,3.

La NBA vive en un éxtasis, en un eufórico frenesí ofensivo constante que no sólo no baja sino que va subiendo tanto a nivel individual como colectivo, con cifras cada vez más impactantes en ataque. ¿Qué está pasando a nivel ofensivo en la mejor liga del mundo? Vamos a intentar desgranar las claves.

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De tres en tres

La continua expansión del triple

La más conocida clave de este imparable crecimiento ofensivo es la tan fugaz expansión del triple. Según un análisis que publicaba la NBA el año pasado, el tiro de tres puntos pasó de suponer el 22% de los lanzamientos de los equipos a principios de la década pasada -temporada 2010-2011-, a un 39% la pasada campaña. La proporción ha subido todavía más este curso y los tiros desde el perímetro representan el 41,6% de los lanzamientos totales de los equipos, es decir, que en poco más de una década esa proporción se ha doblado. Algunos como Dallas, con un 49,8% sobre el total de tiros lanzados, o Warriors (47,7%) o Celtics (47,7%) lo intentan tanto casi de tres como de dos. Por supuesto, la influencia de Stephen Curry ha sido determinante.

Si se mira la media de triples anotados por cada conjunto  por partido, el crecimiento es también brutal. Desde esa señalada campaña 10-11, se ha pasado de 6,5 triples acertados a 12,2 este curso, lo que significa una diferencia de 17 puntos. El cada vez mayor peso de las estadísticas ha llevado a los equipos a abrazar el triple en detrimento del tiro de media distancia, que se ha desplomado del 31% sobre el total de intentos a un escaso 13%, mientras que los lanzamientos desde la pintura se han mantenido entorno al 50%. Si tiras de lejos, ya que asumes más riesgos, mejor asumir alguno más a cambio de sumar un tanto más con el rango medio como ‘damnificado’.

No obstante, algunos han sabido encontrar en la denostación de la media distancia una oportunidad como es el caso de los Brooklyn Nets o los Chicago Bulls, aprovechando que la defensa del rango medio no está tan ‘especializada’ como la de la pintura o el perímetro y más espacios intermedios y que disponen de dos excelentes tiradores desde esa media distancia como DeMar DeRozan en el caso de los Bulls y de Kyrie Irving, y, sobre todo, Kevin Durant, en el de lo Nets. Ambos lideran el acierto en el rango medio obteniendo desde ahí el 14,4% y el 13,8% de su anoatación. 

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Nikola Jokic, gran ejemplo

Jugadores cada vez más completos y trabajados

La evolución del propio jugador ha tenido un peso decisivo también en el frenesí ofensivo de la NBA. El baloncesto camina hacia un juego en el que las posiciones están cada vez más difusas porque cada vez más jugadores -sin importar su tamaño-, pueden hacer más cosas, con Victor Wembanyama como gran paradigma de jugador total pese a que el unicornio ‘galo’ todavía no haya desembarcado en la mejor liga del mundo. No obstante, Bol Bol es ya un joven (23 años por los 18 del francés) que ya responde a ese perfil.

O Giannis Antetokounmpo, a quien con sus 2,13 le preparan el aclarado como si fuera un base, mientras que un base como Luka Doncic de 2,01 ha llegado a ser este curso el jugador más eficiente posteando. E increíble también ha sido la evolución de Brook López, quien con ya 26 años no tiraba triples y con 34 tiene un 38% con cinco lanzamientos por encuentro, con los Bucks hasta dibujándole en alguna ocasión salidas para tirador.

Los pívots actuales ya son el más ilustrativo ejemplo de hacia dónde evoluciona el juego, residuales ya esos hombres grandes que sólo saben anotar en la pintura y coger rebotes, por lo menos, en cuanto a estrellas. No hay más que ver al MVP de las dos últimas temporadas, Nikola Jokic (2,11), octavo el año pasado en asistencias con 8 y durante varias temporadas el jugador con más pases de la liga, con también un buen tiro de tres, igual que Joel Embiid.

Al mismo tiempo, hay otras razones que mencionaba José Manuel Calderón en conversación con MD hace un mes para entender este vertiginoso crecimiento individual de los jugadores: “Hay jugadores muy buenos y cada vez es más difícil pararlos y cuando les paras las meten otros, se puede decir que cada vez hay más talento y también en los jugadores de rol. Y creo que se va avanzando en todo y se ven más cosas y, al final, a más estadísticas, más conocimiento del juego, y eso te lleva a que si a un jugador se le da bien algo lo haga más”, destaca el extremeño. 

Pero la creciente competitividad también estimula a este tipo de anotaciones. “A la vez, cualquiera, te puede ganar, ya no hay equipos fáciles en la NBA”, recuerda Calderón. No en vano, el mayor margen de victoria en estas cuatro anotaciones gigantescas han sido los 10 puntos de los Bucks sobre los Wizards (123-113), con los demás partidos decididos por 5 o menos tantos. 

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A más posesiones, más puntos

Mayor ritmo

La evolución del baloncesto hacia un juego más rápido también ha tenido un importante impacto en el aumento de las cifras anotadoras. Si en el curso 09-10, según datos de Basketball Reference, los equipos jugaban una media de 92 posesiones por partido frente a las 99 que vienen jugando en la actualidad, un llamativo aumento de 7 posesiones. Y a más posesiones, como es lógico, más puntos.

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El triple ha condicionado otras áreas del juego

El ‘spacing’

La explosión del triple ha tenido su afectación en otras áreas del juego más allá del propio perímetro. El hecho de que haya cada vez más tiradores y con un acierto más elevado convierte por sí solo en más grande la pista. Los defensores tienen que pegarse más a los jugadores que atacan para abrir el tiro y eso les abre directamente el camino de la penetración desde el perímetro a la vez que facilita, que en situaciones de ‘spacing’, los equipos dispongan de más espacios y, aparte de entradas a canasta, gocen de más huecos para recurrir a otras acciones como los cortes o las jugadas en el poste bajo. 

Los Celtics, son Jayson Tatum como líder, es un gran ejemplo de equipos que trabajan de manera magnífica el ‘spacing’. Los puntos obtenidos de penetraciones han aumentado también de manera considerable si se mira el primer curso del que hay estadísticas, el 13-14. Entonces, la media era de 16,8 puntos por penetración por equipo por encuentro, dato que ha subido a 27 en menos de 10 años.

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El efecto de las normas

La nueva regla en favor de las transiciones

La NBA, como organización, también pone de su parte para que los ataques anoten cada vez más puntos con las normas del juego. Aunque el año pasado implementara la popularmente conocida como ‘regla Harden’ -no señalar falta con movimientos antinaturales que buscaban la infracción para obtener tiros libres-, esta temporada ha implantado una norma decisiva que conlleva ataques sean aún más prolíficos.

A partir de este curso las faltas para abortar transiciones salen caras, ya que el equipo que las comete es sancionado con un tiro libre para el jugador que ha recibido la infracción -independientemente de si su equipo está en bonus o no-, y posesión para el rival. La norma también se aplica para las faltas a los jugadores sin balón. El cambio ha significado que la media de puntos por posesión en contraataque suba de 1,12 a 1,16, lo que resulta en 4 puntos más de promedio cada 100 posesiones.

De entre todos estos factores, el segundo entrenador de los Sacramento Kings, Jordi Fernández, destaca sobre todo dos. “Creo que, sobre todo en la liga regular y el inicio lo que prima más es el talento y lo ves en el día a día, hay jugadores extremadamente talentosos para anotar y los cambios de reglas que ha habido en la liga también favorecen a los tiradores”, señaló el de Badalona en una entrevista con MD.

El contexto acompaña y todo suma para asistir a una NBA cada vez más desbocada en lo ofensivo. ¿Dónde puede estar el límite?




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