Los caprichos del destino


Diego Rivas, centrocampista de la Real entre 2006 y 201, atraviesa el momento más delicado en su etapa como Secretario General de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Su equipo directivo, presidido por David
Aganzo, puede ser objeto de una moción de censura siempre que se recojan una serie de firmas y así finalizar con su mandato sindical. Los encargados de elegir quién debe ponerse al frente son los capitanes de Primera División. Una situación que puede ser entendida como un capricho singular del destino tendiendo en cuenta que el portador del brazalete en la Real es Asier
Illarramendi.



El debut en la máxima categoría del mutrikuarra fue hace 10 años, en la temporada 10/11, precisamente cuando en un partido de la jornada 20 contra el Villarreal sustituyó a Rivas en la segunda parte. Un momento que Illarra nunca olvidará y que, posiblemente, recordará con más motivo en estos momentos que la supervivencia de Rivas en la AFE depende, entre otras, de su postura.

Rivas abandonó la Real al término de aquel curso, en 2011, para dar paso al ascenso de Illarramendi al primer equipo. Una especie de relevo generacional como punto final a una coincidencia que la campaña anterior levantó algo de polémica en el seno del equipo, ya que Martín
Lasarte, entonces entrenador, no terminaba de ver claro el salto de Illarra a la élite.


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