Los Celtics confían su suerte a la tambaleante magia del Garden

Los Celtics confían su suerte a la tambaleante magia del Garden

Pocas franquicias han vivido más noches históricas en casa. Los Boston Celtics, sin embargo, hace mucho que no disfrutan de una ocasión como la de esta noche en su coliseo, la del retorno de las Finales de la NBA tras más de una década. El último precedente, en las Finales de 2010 que coronaron por segunda vez a los Lakers de Pau y Kobe, fue la victoria en el quinto partido de la serie, que terminó con disgusto mayúsculo tras perder los dos asaltos finales en California. Esta madrugada, a partir de las 03:00 horas en España, el TD Garden volverá a vestirse de gala para recibir las vigesimosegundas Finales que pisan su territorio en 75 años de historia de la liga.

La tradición de la franquicia, que aspira a recuperar el cetro como la más laureada de todos los tiempos, anuncia su favoritismo en casa, donde ha ganado 49 partidos y perdido tan solo 18 con el título en juego. En estos playoffs, sin embargo, el pedigrí de Boston en el TD Garden se ha tambaleado notablemente. Los Celtics han basado su asalto al anillo en la fortaleza a domicilio, con un balance de 8 victorias y 3 derrotas; en casa, en cambio, han mostrado más flaquezas con un registro de 5 triunfos y 4 reveses.

A esta fragilidad en casa, los de Boston pueden esperar también la experiencia de Golden State a la hora de llevarse encuentros a domicilio. Los de la bahía encadenan 26 eliminatorias de playoffs ganando al menos un partido en casa del enemigo, y en estas Finales buscan ampliar su récord absoluto para recuperar el factor cancha y allanar el camino hacia el que sería su cuarto título de la última década.

Ignorar a Draymond Green

Después de un primer partido para olvidar, el bullicioso y pesado interior de los Warriors campó a sus anchas en el segundo partido. Hizo todo lo que estaba en sus manos, fuera legal o ilegal, para pararle los pies a los principales recursos de los Celtics. Green se emparejó con tres jugadores y les dejó en un 2 de 11 en tiros de campo, cebándose especialmente con un Jaylen Brown que había empezado el choque on fire y que terminó congelado en el tiro.

Fue con Brown, precisamente, cuando Green provocó hasta el límite a unos árbitros que le perdonaron la segunda técnica y azuzaron la polémica de la jornada. A partir de ahí, Boston perdió el norte y se centró más en los colegiados, con técnica a Ime Udoka incluida por protestarles, que en sus propias flaquezas.

Controlar las pérdidas

Los Celtics se dejaron medio partido en las pérdidas de balón. En total perdieron 19 balones y eso se tradujo en 33 puntos del equipo rival. “Cuando eso pasa, tenemos un problema”, analizó escuetamente Udoka. En los partidos de playoffs, cuando han cometido más de 15 pérdidas, han caído en cinco ocasiones con una sola victoria. Cuando han controlado ese factor y se han quedado por debajo de las 15, han registrado un balance de 12-2.

Otro factor que desmoronó los planes de Boston fue la pérdida de Robert Williams III. El pívot, pieza central del esquema defensivo del equipo, sigue arrastrando problemas de rodilla que no le permiten impactar el juego todo lo que querría. En 38 minutos disputados de finales (24 en el Game 1 y 14 en el Game 2 tras sufrir un golpe en la articulación) ha dejado a sus oponentes en un 38,1% de acierto en tiros (8-21).

Oportunidades para los secundarios

Recuperar el Tatum anotador no sirvió de nada después de que el resto de sus compañeros se enfriaran desde el perímetro. La victoria en el primer partido tuvo como protagonistas a los jugadores de rol de Boston. Al Horford (26), Derrick White (21) y Marcus Smart (18) castigaron desde el perímetro a Golden State acertando 15 de sus 23 intentos de tres. En el segundo, la defensa de los Warriors estuvo mucho más encima de esos espacios liberados que permitieron a los secundarios brillar con luz propia, dejándoles en 16 puntos y un 2 de 7 desde el perímetro. 

Además de ese bajón de rendimiento de los Celtics, los Warriors gozaron del despertar de Jordan Poole en la segunda mitad del choque después de seis cuartos muy por debajo de su rendimiento durante la temporada. Sumando el regreso de Gary Payton II, un baluarte en defensa para el esquema de Steve Kerr, el conjunto de Massachusetts tiene motivos de sobra para preocuparse… y lo que es peor todavía: Klay Thompson todavía no ha jugado un buen partido.




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