Los datos más curiosos del pingüino prehístorico gigante

¿A quién no le gustan los pingüinos? Esas peculiares aves marinas que no pueden echar a volar y que se mueven de tal forma que parecen la persona más patosa del mundo. Unos animales increíbles que son capaces de soportar temperaturas extremas gracias a una gruesa piel que actúa como el aislante perfecto del frío. Los pingüinos suelen definirse como un ser vivo agradable y hasta con ciertos toques cómicos pero… ¿y si te dijéramos que existió un pingüino prehistórico del tamaño de una nevera que solía confundirse con un monstruo? Seguramente ya no serías tan fan de estos animales…

Un pingüino monstruoso

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Comparación entre la criatura y un ser humano

Estamos acostumbrados a definir los pingüinos como una especie tan peculiar como adorable pero parece ser que, estos animales, no siempre tuvieron la misma anatomía. Corría el año 2004, y el reputado paleontólogo Paul Scofield descubrió lo que parecían ser los restos de una tortuga prehistórica en las costas de Nueva Zelanda. Sin embargo,un equipo de investigadores del Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa ha descubierto que estos huesos pertenecieron a una especie de pingüino gigante que recibió el nombre de Kumimanu biceae.

En un principio, los investigadores pensaron que quizás podrían estar equivocados. Nunca se había visto una especie de pingüino con unas dimensiones tan gigantescas. No obstante, después de repetir los numerosos análisis y pruebas consiguieron verificar su teoría. Paul Scofield había encontrado una nueva especie de pingüino de aproximadamente 2 metros de altura. Una criatura monstruosa que habitó las tierras de nueva Zelanda hace unos 60 millones de años. Es decir, durante la época posterior a la era de los dinosaurios.

Adaptación necesaria

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Recreación virtual del animal

Según los investigadores, las gigantescas dimensiones de este peculiar animal se convirtieron en el sustitutivo perfecto para la incapacidad de volar. La clave estaba en ocupar el sitio libre que habían dejado los dinosaurios, convirtiéndose así en uno de los depredadores más temidos de la época. Por el momento, los estudiosos no han podido encontrar el cráneo de la criatura. Sin embargo, desde el Museo Te Papa Tongarewa han asegurado que nada tiene que ver este animal con los pingüinos que podemos apreciar en la actualidad. Cabe destacar que existen mucha hipótesis que definen a esta nueva especie como el famoso monstruo al que tanto temía el pueblo maorí. 


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