Los dos arquitectos que tienen un plan para revolucionar la ciudad


Los arquitectos Mar Santamaría y Pablo Martínez son “innovadores urbanos”. Ese es el término con el que describen el trabajo que realizan en 300.000 Km/s, su oficina. Además de presentar proyectos urbanísticos, investigan la vida en las ciudades a través de datos, generando curiosas cartografías. Así, han elaborado un mapa de ruido del barrio barcelonés de Ciutat Vella, tomando datos de los sonómetros municipales combinándolos con las denuncias registradas por los ciudadanos; han dibujado cómo usan los vecinos las redes sociales durante el día y la noche; o definido con gráficos —en 2017— el proceso de turistificación de Madrid.

“La ciudad nos falla”, resumen estos dos barceloneses de 41 años. “Nos falla cuando la gente empieza a quejarse de qué mal está el barrio, pero pide la comida a un rider por no bajar a comprar al súper”. Por eso, ellos aspiran a que sus habitantes tomen conciencia y dedican parte de su tiempo a divulgar fenómenos urbanos contemporáneos. “No queremos trabajar para hacer mal urbanismo”, explica Martínez. “Para eso es necesario tener buenos ayuntamientos. Y que exista presión ciudadana que demande una buena gobernanza. Traducir los datos a gráficos es una manera de involucrar a la ciudadanía. Es la única manera que se nos ocurre”.

“Para poder hacer políticas públicas los datos deben ser transparentes y públicos”, dice la pareja de arquitectos sobre nuestro rastro digital. Anna Huix

Ven en la profusión de datos actual una oportunidad de hacer tangibles realidades complicadas de medir: como el aire, el silencio o la oscuridad. La pandemia les pareció un momento perfecto para tomar el pulso a las urbes, pero se toparon con una notable escasez de datos públicos. “Nos vimos preguntando a Facebook o a Google si nos daban datos. Además de pagando, nos vimos casi pidiendo un favor”, lamenta Martínez. “Para poder hacer políticas públicas son necesarios esos datos. Deben ser transparentes y públicos”, incide. “Por otro lado, tenemos la sensación de que a veces la toma de decisiones de muchos organismos está poco profesionalizada; poco basada en la evidencia. Más emocional que intelectual”, apunta Santamaría.

Esa toma de decisiones ha llevado a las urbes a perder cierto foco local y empezar a jugar en un mercado global, como evidencian el turismo o los nómadas digitales. “Por primera vez las crisis planetarias se sufren en las ciudades; la ciudad es campo de batalla”, remarca la pareja, que fue invitada a dar una ponencia en el congreso La ciudad que queremos, una actividad bienal de la Fundación Arquitectura y Sociedad y celebrado en septiembre en Pamplona. Con su estudio han ganado el Premio de Urbanismo Español 2020 por su Plan de Usos del Barrio de Ciutat Vella, y también, con el mismo proyecto, el premio S+T+ARTS a la innovación en tecnología, industria y sociedad estimulada por las artes, otorgado por la Comisión Europea.

Lamentan que tras la pandemia se esté incidiendo en la idea de que las ciudades no nos aportan lo que necesitamos. “Irse no puede ser la solución”, dice Santamaría. “Hay que seguir viviendo en las ciudades, pero es el momento de luchar por una vida urbana de calidad, responsable y que no deje a nadie atrás. Eso sería un verdadero éxito”.

Santamaría y Martínez aspiran a que los ciudadanos tomen conciencia, por eso dedican parte de su tiempo a divulgar la ciudad y fenómenos urbanos contemporáneos que nos afectan a todos. Anna Huix


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