Limpiar la vitrocerámica de la cocina es una acción que nos encontramos, nos guste o no, teniendo que realizar varias veces durante el día: durante la elaboración de los platos, sobre todo si somos de los que manchan mucho en la cocina, y después de haber comido. Sin embargo, la frecuencia con la que se limpia no es automáticamente garantía de una limpieza eficaz . Por eso es importante tomar algunas pequeñas precauciones no solo para que nuestra placa brille, sino también para evitar esfuerzos innecesarios. Conoce ahora los errores a evitar al limpiar la vitrocerámica.
Errores a evita al limpiar la vitrocerámica
En primer lugar, debes conocer tu encimera : los materiales marcan la diferencia y condicionan la elección de los productos a utilizar. Para los de granito, por ejemplo, se desaconseja encarecidamente el uso de limpiadores ácidos , ya que puede dañarlos gravemente. Por el contrario, habrá que adoptar productos hechos específicamente para ese tipo de vitrocerámica. Las encimeras de piedra deben sellarse regularmente para evitar que entren salpicaduras y derrames: basta con pulirlas con un spray sellante .
Otro error muy común , tal vez dictado también por la prisa con la que solemos dedicarnos a este tipo de trabajos, es no dejar que el producto actúe de forma eficaz antes de secarlo. De hecho, lo mejor sería dejarlo sobre la superficie a limpiar durante al menos un par de minutos, para que el detergente tenga tiempo de activarse y actuar sobre la suciedad presente. Si hacemos esto evitaremos que la suciedad se resista a salir, y con ello tardaremos mucho menos en limpiar la vitrocerámica y nos quedará mucho más brillante.
Este otro error que os mencionamos, puede parecer una obviedad, pero no lo es si tenemos en cuenta que pocos lo consideran: cuando limpias la vitrocerámica hay que retirar todo lo que se haya puesto encima , como utensilios, alimentos almacenados, etc. La razón es obvia: las migas y los derrames podrían acumularse debajo de estos objetos. Por no decir, que estorban para que podamos limpiar correctamente.
Por último, es igualmente importante, después de la limpieza, asegurarse de haber secado por completo la placa : no hacerlo y confiar simplemente en la acción del aire, podría hacer que nos queden manchas en la placa una vez que se hayan secado por sí solas.
Con estas pequeñas precauciones , que por otro lado son fáciles de aplicar, conseguirás que a partir de ahora tu vitrocerámica se vea siempre como nueva y que además, no te cueste limpiarla.
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