Los errores que cometemos al hacer un huevo frito

Si el huevo es uno de esos alimentos que todos debemos incluir en nuestra dieta, queda claro que prepararlo frito es una de las costumbres más extendidas en todo el mundo a la hora de consumirlo. En todo caso, el problema es que mucha gente lo hace mal, y acaba por descartar esta preparación. Descubre los errores que cometemos al hacer un huevo frito.

De hecho, existen muchas cosas que hacemos mal relacionado con los huevos fritos, y hasta podríamos decir que de allí viene la frase “(éste o ésta) no sabe hacerse ni un huevo frito”, en referencia a quienes no tienen grandes conocimientos en la cocina, y no pueden realizar ni un plato simple.

Pero, ¿cuáles son las equivocaciones más comunes a evitar en estos casos? Vamos a conocerlas.

Errores que cometemos al hacer un huevo frito

Aceite de mala calidad

La gracia del huevo frito está en aprovechar el aceite caliente para cocinarlo, pero si el aceite usado es de mala calidad, el sabor del huevo, incluso su aroma y su textura, no serán los que esperamos.

Aquí, se aconseja siempre utilizar aceite de oliva virgen extra nuevo, y no en grandes cantidades, sino sólo un chorrito, suficiente para que el huevo se haga allí sin resultar demasiado pesado.

Romper mal el huevo

Si todavía no dominas correctamente la técnica para romper los huevos, no lo hagas en la sartén.

Normalmente, las personas que lo hacen así, y lo hacen mal, salpican de huevo la sartén y eso lleva a que la cocción sea imperfecta. Puedes romper el huevo en un vaso para ir practicando.

La sartén fría

Otro error habitual es preparar el huevo frito con la sartén fría, cuando se aconseja que esté caliente.

Cuando haya alcanzado la temperatura justa, y tenga la cantidad de aceite necesaria, tienes que dejar caer el huevo en ella. Ésta es la única forma de lograr que su base quede algo crujiente.

La clara cruda

Muchas veces, la ansiedad le gana a quien está cocinando, que retira el huevo del fuego demasiado rápido, propiciando que la clara quede cruda, luciendo como una babilla transparente en la mesa.

Siempre que ya hayas sacado el huevo de la sartén, unas gotas de aceite caliente encima lo arreglan.

No ponerle sal

Aunque sea difícil de creer, hay comensales que le añaden sal a todas sus comidas, pero no a ésta. Es un grave error, ya que un mínimo espolvoreo de sal potencia su sabor original.

Si sigues todos estos pasos, sin dudas tus huevos fritos estarán a la altura de los profesionales.


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