Los grandes clubs de la Euroliga ponen contra las cuerdas a Bertomeu

Las graves dificultades económicas derivadas de la pandemia del coronavirus han acentuado el descontento de la mayoría de equipos propietarios de la Euroliga respecto a los ingresos que les depara su participación en la máxima competición continental de baloncesto. Ese fue el origen de la reunión secreta que tuvo lugar el pasado domingo en Atenas con presencia de siete de los once clubs con licencia A (propietarios y con diez años de presencia garantizados), desvelada este miércoles por el periodista lituano Donatas Urbonas.. Durante varias horas, Maccabi Tel Aviv, Olympiacos, Panathinaikos, CSKA Moscú, Armani Milan, Zalgiris y Anadolu Efes pusieron en común su preocupación y decidieron crear un frente común para exigir cambios en la política económica de la Euroliga, sin descartar la exigencia del relevo de Jordi Bertomeu al frente de la organización.

De los once clubs con licencia A, solo faltaron los tres españoles (Real
Madrid, Barça y Baskonia) y el Fenerbahçe turco. Los equipos ACB no fueron invitados por la especial situación de los clubs de fútbol, que obtienen grandes ingresos por este deporte y pueden derivarlos a sus secciones de baloncesto. Los siete ‘rebeldes’ preferían adoptar primero una posición unánime y después trasladarla a los clubs españoles, algo que ya han hecho en los últimos días.

El Barça ha confirmado a Mundo Deportivo durante la tarde de este miércoles que no fue invitado a la reunión, de la que se ha enterado esta misma mañana. Una vez informado de lo tratado en Atenas, el club azulgrana está analizando todos los detalles aunque ha precisado que “cualquier problemática se tiene que discutir dentro del Board de la Euroliga”.

El descontento de los siete clubs que se reunieron en Atenas, liderados por el Maccabi Tel Aviv, tiene varias vertientes. Por un lado, creen que el nivel de ingresos anuales de la Euroliga es insuficiente y no responde al potencial de la competición. Los clubs se repartirán esta temporada unos 37 millones de euros en función de sus resultados y sus mercados televisivos, una cantidad tremendamente inferior al global de sus gastos. Por otro lado, los clubs aspiran a un reparto diferente de los ingresos actuales que agrande su parte del pastel y disminuya la que se queda la organización.

Otro de los motivos de descontento es la falta de un acuerdo con el sindicato (ELPA) para reducir de forma global los salarios de los jugadores, algo que se había comprometido a negociar la Euroliga y de lo que los clubs no tienen constancia. Sí hubo un acuerdo de reducción de salarios con la ELPA para la pasada temporada pero en esta se mantienen inalterados los compromisos que marcan los contratos vigentes. Los clubs, que han visto reducidos de manera muy importante sus ingresos al no poder contar con aficionados en sus partidos, aspiran a que los jugadores asuman buena parte de esta reducción de ingresos.


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