Los imprescindibles del GP de España

Los imprescindibles del GP de España

Si se encontraran por la calle, pensarían que no tienen nada en común. Dos personas aparentemente distintas, de diferentes generaciones, que ayer se encontraron en el Circuit a petición de MD. Se saludaron con una enorme sonrisa. y es que saben que en realidad ambos forman parte de la misma familia. Ellos son dos de los imprescindibles sin los que no se podría celebrar por 32ª vez consecutiva el GP de España de F1 en Montmeló.

Nos referimos a Josep Beneito (2-12-1941, Barcelona) y a Gisela Perea (30-04-2004. Llicà d’Amunt). Josep, de 80 años, es el ejemplo del amor que siempre ha tenido Catalunya por el motor. Gisela, de 18, es la generación que llega con impulso para recoger el testigo. Ellos son dos de los 289 oficiales que este fin de semana son clave para el correcto desarrollo del GP de España de F1 La más joven de entre todos los voluntarios. Y el más veterano. Son los extremos que representan las personas que desde ayer y hasta mañana acumularán días bajo el sol, trabajando de forma desinteresada para que el GP de España sea un éxito.

Josep Beneito y Gisela Perea, el oficial más veterano del GP de España, con 80 años, y Gisela Perea, la oficial más joven, con 18 años

Fabio Marchi

Josep Beneito y Gisela Perea, el oficial más veterano del GP de España, con 80 años, y Gisela Perea, la oficial más joven, con 18 años

Josep Beneito y Gisela Perea, el oficial más veterano del GP de España, con 80 años, y Gisela Perea, la oficial más joven, con 18 años

Fabio Marchi

Josep empezó su andadura dentro del motor en los años 60, con la Penya Motorista 10 X Hora. “Yo fui el secretario técnico que creó la primera edición del Rally Costa Brava internacional”, recuerda con orgullo explicando algunas de las funciones que desempeñó desde entonces, destacando los varios GP de España de F1 que vivió como cronometrador en Montjuïc en la época de los Jackie Stewart, Bruce McLaren o Graham Hill. Por aquel entonces disponía de todas las licencias de comisario, pero tuvo que dejar de lado su pasión al dejar Barcelona por cuestiones laborales. Cuando se jubiló, ya de vuelta a Sant Cugat, la familia del motor le volvió a llamar y no dudó en aceptar. 

Hace 15 años que Josep no falta a su cita con las pruebas del trazado de Montmeló. Desde hace varios años, en concreto en el GP de España, lo hace como comisario técnico en el parque cerrado de F2 y F3. Nadie puede entrar en el ‘parc fermé’ sin su autorización. Y a sus 80 años, pasa largas jornadas allí por una simple razón: “Me sigue divirtiendo”. Por eso, y porque allí encontró a muchos amigos del pasado. Ahora, duda si el año que viene, con 81 primaveras, continuará. Y es que si lo deja, sabe que echará de menos su segunda casa. Su mujer, su hija y sus nietos no le frenan: “Mi familia ya me conoce y saben que es mi pasión”, dice entre risas, a la vez que le da una importancia crucial sobre todo los comisarios deportivos.

Precisamente, Gisela lo es este fin de semana, en su debut en el GP de España de F1. Cuando vean a los pilotos de F1 pasar por la recta, sepan que ella estará allí, en el control 0.8, antes de la primera curva. Su padre, Antonio Perea, es el jefe de control y lleva 18 temporadas en el circuito. “Ya que siempre lo veía a él venir al Circuit, pues vi la oportunidad y decidí hacer de oficial”. Su labor este fin de semana es crucial y su responsabilidad es enorme. Va rotando la función de ondear las banderas cuando hay algún peligro y debe estar pendiente de cualquier cosa que ocurra en pista. Incluso debería saltar a ayudar a los pilotos si alguno se para o se accidenta en ese punto, algo por lo que se ha preparado y examinado.

Gisela Perea, en el control 0.8 del Circuit

Gisela Perea, en el control 0.8 del Circuit

Manel Montilla

Ayer estuvo en el Circuit desde las 6.30 a las 20.00 h con el mono ignifugo todo el día, bajo el sol y un calor tremendo mientras podría estar con sus amigos. “Los amigos me dicen: “¿Otra vez al circuito?”. “Lo hago porque me gusta y porque es mi afición”, aclaró, aprovechando el altavoz para recordar la importancia de la labor de los oficiales. “Sin nosotros no sería posible por nuestro trabajo de seguridad. La gente puede que no sea consciente de que hay oficiales en la pista que están allí y que son imprescindibles para la carrera”, apunta Gisela.

“Sin nosotros no sería posible por nuestro trabajo de seguridad”


Gisela Perea

“Quiero seguir aquí durante muchos años”, añadía. Y Josep le recordaba, como si fuera su nieta, que se pusiera crema solar. “A Gisela le diría que esté muy atenta a lo que hace y que se divierta, porque sino solo cogerá una insolación. Tienen trabajo de riesgo y lo hacen muy bien”, remarcó Josep, contento por ver que la juventud recoge el testigo de tantos como él con fuerza e ilusión.




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