Los Lakers bajan al barro y se sitúan a un paso del anillo soñado

Los Angeles Lakers
sudaron la gota gorda para situarse a un paso del anillo en un partido de las Finales NBA de corte clásico en el que vencieron por 96-102 a unos Miami Heat peleones e intensos como acostumbran. A diferencia del cuarto partido, los angelinos igualaron la dureza de su oponente y usaron todos sus recursos disponibles, desde Alex Caruso hasta Kentavious Caldewell-Pope, para cerrar el partido entre gritos para desprenderse de la tensión.

“Fue un partido de Finales, con ambos equipos desesperados”, explicó un LeBron James visiblemente fatigado, autor de 28 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias, tras el final del encuentro. “Ejecutar en ataque y no cometer errores en defensa, esto es de lo que va todo”, se limitó a analizar. La dupla estelar de los Lakers, una vez más, completó un partido sin fisuras en el que prácticamente calcaron su actuación.

Anthony Davis, con un tapón sobre Jimmy Butler en el minuto final, corrigió una pérdida suya y cerró de manera definitiva el encuentro desde la defensa, donde se encargó desde el inicio de frenar a la estrella rival. El interior finalizó con 22 puntos, 9 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones en una serie de 8 de 16 en tiros de campo, los mismos que anotó LeBron en un partido en el que no abarcaron todo el protagonismo.

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El papel de las estrellas fue gran parte del éxito del 3-1 de Los Angeles, pero no el único. “Necesitábamos cada segundo de nuestro banquillo y nuestros titulares para ganar”, afirmó James, que citó a KCP, Caruso (7) y Rondo (2) como piezas fundamentales del triunfo. El papel de Caldwell-Pope, autor de 15 puntos y 5 asistencias, con un triple y una bandeja al límite de la posesión que levantaron al equipo a tres minutos del final, fue esencial.

Sus canastas llegaron justo después de que Miami se metiera a dos en el marcador (90-88) y de un fallo desde el triple de Butler que les podría haber adelantado, pero L.A. no dejó escapar la iniciativa en los 20 minutos finales del encuentro.

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Estos destellos, también los de Danny Green (10), Kyle Kuzma (9) y Markieff Morris (9), marcaron la fina línea que separó la victoria de la derrota en partido tosco y marcado por las defensas.

Miami llegó al encuentro con un subidón de moral importante. En primer lugar ya se sentían dignos de las Finales después de la exhibición de su líder en el cuarto choque, y además contaron con la presencia de Bam Adebayo en la pintura tras dos partidos de ausencia. El rendimiento del equipo de Erik Spoelstra volvió a partir de una defensa acuciante y una dosis de baloncesto físico de primera, pero esta vez resultó insuficiente para sorprender a unos Lakers que no dudaron a la hora de bajar al barro.

Butler terminó con 22 puntos, 10 rebotes, 9 asistencias, 3 robos y un tapón, otro encuentro muy completo después de su increíble festival de 40 tantos en el último precedente. Eso sí, confirmó una tendencia: sin su aportación a un nivel de otro planeta, l
os Heat no tienen tantas armas como para contestar al arsenal de los Lakers.

Tyler Herro siguió a su líder con otro soplo de descaro y frescura, 21 tantos, 7 rebotes y 3 asistencias que invitan a pensar en grande de cara al futuro. Adebayo, en su retorno, se quedó en 15 puntos y 7 rebotes y la sensación de no poder parar los pies a Davis por ahora.

Si bien fallaron sus armas de banquillo, con Olynyk (4) y Nunn (6) desaparecidos, Duncan Robinson completó su mejor encuentro de la eliminatoria con 17 puntos y 3 de 6 desde el perímetro para el conjunto de Spoelstra, que vio como Frank Vogel le contestaba con su propia medicina.

Miami ha sido un equipo definido y marcado por su resistencia defensiva, mientras que para los Lakers la dupla de estrellas siempre ha trasladado la narrativa al apartado ofensivo. Evidentemente, es la parte más visible del equipo que está a punto de conseguir su 17º título en la NBA e igualar el récord de los Boston Celtics, su enemigo de toda la vida.

El mérito de esta temporada y estos playoffs es también de Vogel, un estudioso del juego que ha llevado a estos Lakers a jugar una defensa de campeonato, una defensa que brilló especialmente en el quinto partido y que lideró la alargada figura de Davis, pletórico en ataque pero también en defensa, algo que a menudo pasa más desapercibido.

Con todos a bordo, los Lakers están a un paso del anillo soñado para homenajear a la figura de Kobe Bryant, y LeBron tiene claro cómo serán las próximas dos noches de descanso: “Hay que entender lo que hay en juego, continuaré sin dormir como hasta ahora”.

Sería histórico si L.A. no cierra la temporada con el título bajo el brazo, ya que de las 36 veces en que unas Finales NBA se han puesto 3-1, tan solo ha saltado la sorpresa en una ocasión… y era un equipo liderado por LeBron, los Cleveland Cavaliers campeones en 2016.


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