Si la organización de Los Angeles Lakers tiene fe en alguna cosa es en su General Manager y vicepresidente de operaciones de baloncesto, el estadounidense Rob Pelinka. A sus 52 años, el exagente de Kobe Bryant y arquitecto del último anillo de L.A. ha renovado este verano su vínculo con la franquicia hasta 2026. La renovación llega después de uno de los peores cursos de la historia del equipo, incapaz de clasificarse para los playoffs y el play-in a pesar de contar con dos futuros miembros del salón de la fama en sus filas.
El movimiento de Jeanie Buss, presidenta de los de púrpura y oro, pretende alinear temporalmente los contratos de los principales responsables deportivos del equipo. El nuevo entrenador, Darvin Ham, firmó por cuatro temporadas este verano con la intención de reflotar a la franquicia.
De Kobe a LeBron
Pelinka se unió al cuerpo de ejecutivos de los Lakers en 2017 después de que la hija del doctor Buss tomara las riendas de la franquicia, previamente liderada por su hermano Jim y el anterior GM Mitch Kupchak. El recién proclamado General Manager tuvo que lidiar entonces con varios pesos muertos: colocó a Timofey Mozgov a través de un traspaso e intentó quitarse el muerto de Luol Deng de encima para ganar espacio salarial en su primer período de mercado al frente del equipo.
De esos movimientos previos nació el margen para contratar a LeBron James en julio de 2018. Luego, en junio de 2019 llegó Anthony Davis y al cabo de un año, Los Angeles Lakers volvían a ser campeones de la NBA tras una temporada de infarto. Había muerto Kobe Bryant en el trágico accidente de helicóptero y el coronavirus obligó a posponer la competición cuatro meses.
El anillo reafirmó el poder de Pelinka, exagente de Kobe Bryant durante gran parte de su trayectoria deportiva, en el seno de L.A. En 2020 fue promocionado a vicepresidente de operaciones de baloncesto, un cargo que combina con su gestión como GM de la franquicia. A pesar del brillo del título, los Lakers no han logrado alcanzar los playoffs en tres de las cinco campañas bajo su mandato.
En cuatro años, el ejecutivo ha despedido a dos entrenadores (Luke Walton y Frank Vogel) y ha visto marcharse por la puerta de atrás a una leyenda como Magic Johnson, que reconoció su salida por el desgaste y el cansancio de trabajar con Pelinka, a quien acusó de estar constantemente apuñalándole por la espalda. Después de naufragar con el fichaje de un Russell Westbrook que tampoco puede quitarse de encima, el mandatario hizo gala de cierta autocrítica durante el cierre de la pasada campaña.
“Ha sido una temporada decepcionante a todos los niveles y creo que la cara de decepción de la afición lo dice todo. El cambio empieza por la oficina que lidero y nuestra habilidad para construir la plantilla adecuada. Nuestro trabajo empieza ahora”, decía en abril. En octubre, a semana y media para el arranque de la competición, el gran movimiento de mercado de L.A. ha sido incorporar a Patrick Beverley y reforzar el plantel con jóvenes hambrientos como Juan Toscano-Anderson, Lonnie Walker IV o Thomas Bryant. Ante la incapacidad de traspasar a Westbrook, la opción es confiar en una conexión mejorado con LeBron y AD, y por encima de todo, en la salud de los dos pilares del último título de L.A. en 2020.