Los mejores villanos de 2021


Reunidos en la Real Casa de Correos de la ciudad de Madrid, el jurado de los premios Infames del Año ha deliberado y decidido los galardones correspondientes a su edición de 2021. Los miembros del jurado quieren transmitir a la ciudadanía la dificultad creciente de su tarea, habida cuenta de la proliferación mundial de canallas y la multiplicación de excesos y desatinos contra los derechos humanos, la igualdad y el desarrollo. Si van a continuar otorgando estos premios en plena contrarreforma, solicitan al menos una merienda.

Esta es la relación final de premiados y premiadas, de acuerdo a las seis categorías de los galardones:

Premio Donald Rumsfeld al líder más belicoso: otorgado a Abiy Ahmed Ali, presidente de Etiopía. El jurado reconoce en el Sr. Ali las virtudes de un matón bien armado, el uso impenitente de los argumentos identitarios y la habilidad para cortar el paso a las agencias humanitarias y los medios independientes. Se ha valorado especialmente que el candidato haya pulverizado en pocos meses el prestigio otorgado por el Nobel de la Paz, un récord que estaba hasta ahora en manos de la ex primera ministra de Myanmar, Aung San Suu Kyi.

Premio Ebenezer Scrooge al donante elusivo: otorgado a Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido. El jurado se ha mostrado impresionado por la eficacia y rapidez con la que el señor Johnson ha recortado un 30% los recursos de la ayuda oficial al desarrollo y ha sometido a sus agencias de cooperación a las obligaciones de la monserga nacionalpopulista. La actuación tajante y decidida del primer ministro tiene el mérito de romper con una tradición multipartidista que había reforzado la posición global del Reino Unido durante décadas.

Premio Duque de Ahumada al gendarme del año: otorgado ex aequo a Fernando Grande-Marlaska, Priti Patel y Mette Frederiksen. Los ministros del Interior de España y el Reino Unido, así como la primera ministra de Dinamarca, han demostrado niveles excepcionales de tesón, crueldad y creatividad a la hora de impermeabilizar las fronteras de sus países. Ninguno de los galardonados ha mostrado empacho alguno a la hora de fumarse las normas internacionales de protección, llegar a acuerdos policiales con regímenes criminales, o financiar generosamente a la Industria Europea del Control Migratorio. El jurado ha apreciado con agrado la contribución de los socialdemócratas Grande-Marlaska y Frederiksen al imaginario rojipardo.

Premio Rafael Leónidas Trujillo al déspota más esmerado: otorgado a Daniel Ortega y Rosario Murillo. En la concesión se ha destacado la constancia y la inquina del matrimonio que controla Nicaragua desde hace una década y media, así como la capacidad para añadir vueltas de tuerca a su represión. Los galardonados han demostrado una habilidad particular para enchironar y exiliar a viejos amigos, periodistas y ONG. El jurado valora el importante apoyo otorgado a esta candidatura por el Museo Jurásico de las Izquierdas Iberoamericanas.

Premio Miguel Bosé a la perpetuación de la pandemia: otorgado a la Coalición Internacional por la Defensa de la Propiedad Intelectual Farmacéutica. El jurado reconoce a las instituciones de la UE, a buena parte de sus Estados miembros, a los lobbies de la industria y a la caterva de medios y opinadores bien untados, por su defensa firme y eficaz del actual modelo de patentes farmacéuticas. El empeño de esta coalición informal ha logrado evitar hasta ahora la transferencia de conocimiento y tecnología que permitiría multiplicar, en el medio plazo, la producción de vacunas contra la covid-19. Con ello se asegura la proliferación de variantes y se amenaza la estrategia global contra la pandemia.

Premio Henry Kissinger a toda una vida promoviendo dictaduras: otorgado a Emmanuel Macron. Este galardón reconoce la trayectoria de personas e instituciones en su defensa de estercoleros democráticos y autocracias criminales. El premio de este año recae en la República Francesa y, en su nombre, en el presidente Macron. Francia atesora un meritorio recorrido en la protección, financiación y armamento de algunos de los peores regímenes políticos del mundo en desarrollo. En abril de este año, su presidente renovó este compromiso asistiendo a los funerales del dictador chadiano Idriss Déby y bendiciendo la continuidad de tres décadas de dictadura en la persona de su hijo, Mahamat Idriss Déby. Todo el continente entendió el mensaje.


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