Los números favorecen al Valencia cuando visita al Espanyol

Los números favorecen al Valencia cuando visita al Espanyol

El Espanyol de Diego Martínez recibe el próximo domingo (14.00 horas) al Valencia con el objetivo de finiquitar la mala racha de resultados en este inicio de temporada. Son tres los encuentros que ha disputado en el RCDE Stadium y tres las derrotas que ha sufrido ante una afición ávida de alegrías y con ganas de engancharse a la ‘Diegoneta’. Rayo Vallecano (0-2), Real Madrid (1-3) y Sevilla (2-3) pasaron por Cornellà-El Prat y se llevaron los tres puntos. En todos esos partidos el Espanyol estuvo en disposición de ganar o cuanto menos de puntuar, pero en todos ellos los detalles que inclinan la balanza de un duelo favorecieron a los rivales. Y en estas llega el Valencia, un equipo que, desde la inauguración del RCDE Stadium en 2009 cuenta con un balance favorable a sus intereses.

Concretamente, han sido 12 las visitas del Valencia a Cornellà-El Prat en partido de LaLiga y ha sido capaz de ganar 5 veces, ha empatado 3 y ha perdido 4. De hecho, el Espanyol solo ha sido capaz de imponerse en uno de los últimos cinco enfrentamientos disputados ante el Valencia como local. Fue en la temporada 2018/19, la de Rubi que acabó con el conjunto blanquiazul clasificándose para la Europa League, y con 2-0 como resultado con Esteban Granero marcando un golazo de falta y el ahora internacional con España Borja Iglesias marcando un segundo tanto para asegurar el triunfo. Ha llovido mucho desde entonces, incluyendo el jarro de agua fría de pasar por Segunda, y por eso el aficionado perico espera que esta vez se repita algo parecido a lo sucedido en aquel encuentro, disputado en agosto de 2018.

En cuanto a los precedentes posteriores al citado, no son nada halagüeños para el Espanyol. El curso pasado, en la jornada 37 y con todo visto para sentencia en un encuentro que sirvió más para que se despidieran algunos jugadores que para otro cosa, 1-1. Marcó Maxi Gómez para el Valencia y para el Espanyol un Raúl De Tomás que forzó una tarjeta amarilla para no disputar la última jornada y anticipar sus vacaciones. Y el curso anterior, el del descenso, 1-2 con Pablo Machín intentando (sin éxito) resucitar a un equipo muerto.




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