El municipio de Cascante, a escasos 10 kilómetros de Tudela, es una pequeña localidad de apenas 3.800 habitantes. Una ciudad romana tal y como reza el escudo local: ‘Civitas Cascantum Municipium Romanorum’. La industria y la agricultura ejercen de motor económico, pero es el fútbol lo que levanta pasiones entre sus vecinos.
El Aluvión es el equipo de la ciudad, aunque su influencia va más allá de los límites geográficos del municipio. Durante una década (hasta 2018) fue club convenido del Athletic y los mejores jugadores de la Ribera vistieron la elástica amarilla y negra del conjunto navarro. Uno de ellos fue Álex
Remiro, que lo hizo por dos razones: la primera porque es natural de la localidad del sur de Navarra y la segunda porque su indudable calidad le llevó pronto a destacar bajo los palos.
El campo de fútbol de Malón de Echaide se convirtió durante unos años en la casa de Remiro. Aún lo sigue siendo, porque no es extraño verle de vuelta en Cascante charlando con excompañeros, amigos y directivos del club. La amistad sigue intacta y la buena relación con quienes pusieron su granito de arena para que llegara a ser profesional es magnífica. Dos de esas personas son Alberto
Sesma y Martín
Sanz. El primero preside el club cascantino y el segundo fue el primer entrenador que tuvo Remiro en el conjunto navarro. Dos personas que conocen muy bien el presente del meta, pero todavía mejor su pasado. Le vieron crecer.
Ambos reciben a MD un domingo por la mañana. El silencio se apodera del campo porque la temporada ha echado el cierre. La cena del club quedó para la víspera de la cita, lo que no impidió que ésta se celebrara. Es traspasar la puerta de entrada y visualizar gran cantidad de imágenes de temporadas pasadas. “Ahí está Álex”, señala Alberto. “Aquí también”, insiste con una sonrisa. Se muestra orgulloso de haber contado con un portero y una persona como Álex
Remiro. “Está muy integrado aquí. Viene con la cuadrilla”, comenta Martín.
El ya portero de la Real entró a formar parte del Aluvión en categoría alevín. “Jugó en alevines e infantiles y en cadete se subió a Lezama directamente”, recuerda Martín, que tuvo a sus órdenes al portero txuri urdin. Desde pequeño demostró que “era muy buen portero. Sobresalía por lo que muchas veces ahora dice la gente: su capacidad para jugar con los pies, parece un jugador más”. Pese a su indudable potencial, “cuando se lo llevaron no era el mejor colocado, había un par de porteros más”. Sin embargo, “cuando le empezaron a llamar de la selección navarra” su exposición creció exponencialmente.
De las cualidades del meta, destacan su “aplomo, la tranquilidad que le da al equipo, y más a uno de chiquillos como era entonces”. Martín subraya que “en el ascenso del Huesca tuvo mucho que ver” porque es un meta que “gana partidos”. En lo personal, “es un chico tranquilo”, valora Alberto. La historia de Álex
Remiro en el Aluvión se cortó cuando era un adolescente tras un Torneo de San Prudencio. Se esperaba que antes o después algún club lo fichara y así fue. El Athletic hizo valer su acuerdo con el conjunto cascantino y se lanzó a por el meta, que hizo las maletas para viajar a Lezama. Pero esa historia ya la conocen y no es romana.
Martín y Alberto, que han visto la evolución del meta desde hace años, coinciden en que les “hace ilusión” que pueda, por fin, “consolidarse en una portería de Primera”. Martín reconoce que “es lo que le ha faltado” y puntualiza: “Prácticamente no le han dejado”. Tanto que entiende que “le puede costar después de estar un año sin jugar, pero entrenando cogerá el ritmo de competición”.
De corazón txuri urdin, a Alberto se le iluminan los ojos sólo de pensar que Remiro puede ser titular en la Real. “Me hace especial ilusión. Para que vaya a otro equipo que venga a la Real”, afirma. Entre otros motivos porque “en la portería ha habido muchas dudas”. Valoración que comparte Martín, quien asegura que “la portería tenéis que cambiarla sí o sí”.
Dadas las circunstancias, y con el conocimiento que da seguir con regularidad a la Real, Alberto considera que “Álex le puede aportar mucha tranquilidad al equipo”. Las cualidades de Álex
Remiro hacen del cascantino un valor seguro para la portería realista, toda vez que “es un portero moderno: juega bien con los pies, tiene altura y bajo palos es un gato”. A sus 24 años “es un chaval, pero tiene veteranía y la experiencia del ascenso a Primera”.
La charla es distendida, con el césped artificial del Malón de Echaide de fondo, pero llega a su fin. Lo hace con un deseo para la próxima temporada por parte de Alberto: “Que Álex nos lleve a la Europa League”.
Remiro se estrenará el próximo 8 de julio como jugador de la primera plantilla en el que será el primer entrenamiento del equipo de cara a la temporada 19/20. Sin embargo, para el portero no supondrá su estreno en las instalaciones txuri urdin puesto que sabe lo que es parar, sudar y estirarse en Zubieta. Lo hizo hace años defendiendo la elástica de la selección de Euskadi. Un joven Remiro incluso se fotografió en un terreno de juego que a partir de ahora será su casa.
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