Los pájaros ponen sus huevos un mes antes que hace 100 años

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A finales del siglo XIX se puso de moda entre los amantes de los pájaros de Centroeuropa, las islas británicas o Estados Unidos buscar nidos de pájaros y llevarse sus huevos. Ahora tal práctica sería impensable (además de prohibida en muchos países). Pero aquel amor mal entendido ha permitido a un grupo de investigadores comparar cuándo eran las puestas entonces y cuándo son en la actualidad: las aves anidan casi un mes antes que hace un siglo. Y todo indica, según su investigación recién publicada, que el cambio climático está detrás.

El calentamiento global está provocando una miríada de fenómenos desacostumbrados en la naturaleza: los árboles brotan más pronto, el vuelo de los insectos comienza cada vez antes, la migración de las aves se está adelantando… Todo eso estaría afectando a uno de los eventos de mayor impacto en la vida de cualquier especie, la época de cría, pero ¿hasta qué punto? Para responder a esa pregunta hacen falta bases de datos que se remonten muy atrás el tiempo.

Investigadores del Museo Field de Historia Natural (Chicago, Estados Unidos) han podido remontarse hasta 1872, cuando en ese país aún se recuperaban de la guerra de Secesión y en España reinaba Amadeo I de Saboya. Este museo tiene miles huevos de pájaros que fueron recogidos entre el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, cuando el asalto a los nidos pasó de moda. La costumbre estuvo tan extendida que las autoridades tuvieron que dictar prohibiciones porque muchas especies iban camino de la extinción. El ornitólogo John Bates, conservador del museo de aves destaca la minuciosidad de aquellos coleccionistas: “Eran muy buenos rellenando fichas de datos con información detallada sobre cuándo y dónde se encontraron los huevos, incluido el tiempo de incubación. Usando esta información y la biología de la puesta de huevos (básicamente, una vez empieza, la hembra pone otro huevo cada día), se puede calcular con precisión la fecha en que se puso el primer huevo”.

“La mayoría de las aves que hemos estudiado comen insectos y su comportamiento estacional también se ve afectado por el clima”

John Bates, conservador del Museo Field de Chicago y principal autor del estudio

Bates y ornitólogos de otras instituciones han utilizado estas fichas para estudiar si, como temían, las puestas se han adelantado. Para ello compararon las fechas obtenidas hace más de un siglo con las recopiladas desde 1980 por ellos mismos. Sus resultados, publicados en la revista científica Journal of Animal Ecology, revelan que de las 72 especies de las que hay registros pasados y presentes equiparables, en un tercio de ellas la puesta de huevos se produce ahora 25,1 días de antes de media. Pero hay aves que la han adelantado hasta 50 días. Solo una especie, el mirlo americano, anida más tarde.

El adelanto de la puesta no se limita al medio oeste de Estado Unidos, sino que está siendo global, al menos en el hemisferio norte. Estudios en Finlandia, Países Bajos o Reino Unido también muestran que los pájaros están anticipando el momento de ampliar la familia. El British Trust for Ornithology es la principal institución conservacionista de aves en Reino Unido. Su colección de huevos se remonta a 1929. Un informe de 2020 destacaba que 38 especies de pájaros habituales de los cielos británicos habían adelantado sus puestas entre tres y veintiún días desde 1960.

En España, el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) conserva huevos recogidos en el siglo XVIII, pero no se han estudiado a fondo aún. Juan José Sanz es ornitólogo del MNCN. “Los resultados de esta investigación en Estados Unidos forman parte de un patrón general, pero ellos han podido remontarse muy atrás”, dice. El trabajo estadounidense relaciona el adelanto con un aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera y, por tanto, el de la temperatura. “Todas las especies somos muy dependientes de la temperatura”, recuerda Sanz. En el caso de los pájaros, a pistas externas climáticas para ponerse a hacer o buscar un nido. “Las gónadas de los machos de las aves, por ejemplo, permanecen retraídas durante el invierno y solo se activan con la mejora del tiempo”, termina Sanz.

El ornitólogo Óscar Gordo recuerda que el cambio en los días de puesta “no nos dice nada en sí mismo, lo que importa es la fecha relativa, su relación con otros elementos del ecosistema”. Y los elementos claves son la temperatura y la disponibilidad de alimento. Bates, el conservador del Museo Field, comenta que “la mayoría de las aves que hemos estudiado comen insectos y su comportamiento estacional también se ve afectado por el clima”. En efecto, el cambio climático también ha alterado el inicio del vuelo de los insectos. El peligro aquí es que se produzca un desajuste en un mecanismo ajustado durante miles y miles de años. Gordo recuerda un estudio pionero de un grupo de ornitólogos holandeses que hace años comprobaron que, “mientras las parejas del papamoscas cerrojillo habían adelantado sus puestas en tres días, las orugas de las que se alimentaban, lo han hecho en 15 días”.

Jaime Potti lleva desde 1988 yendo cada año a dos bosques del norte de Madrid a ver los nidos de las poblaciones locales de papamoscas. Hace unos años se jubiló como investigador del CSIC, pero sigue subiendo a la sierra cada primavera a estudiar a este pajarillo de colores blanco y negro (los machos) y tonos grises (las hembras). “En los años 90 hacía calor, íbamos en mangas de camisa y observamos que volvían antes”, recuerda Potti. Esta especie pasa los inviernos en el centro de África, en el golfo de Guinea, y regresa en abril costeando el continente. “Pero en la década siguiente subíamos abrigados, hacía frío, y los papamoscas regresaban más tarde”, añade. Para Potti, los pajarillos muestran un gran plasticidad ante la variable que más afecta al cuándo poner sus huevos, la temperatura.

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