RJ Barrett y Reggie Bullock celebran una canasta en la victoria de los New York Knicks sobre los Charlotte Hornets

Los renacidos Knicks escalan posiciones en el Este

Ni el aficionado más optimista de los New York Knicks podía esperar que su célebre y denostado equipo estaría en donde está en el momento decisivo de la temporada regular de la NBA. Lo normal hubiera sido que la franquicia de la Gran Manzana estuviera despidiéndose de manera definitiva del tren de los playoffs, un hito que no alcanzan desde la temporada 2012-2013.

Después de su victoria por 109-97 ante los Charlotte Hornets, los neoyorquinos no tan solo están en plena lucha por la participación en los playoffs, sino que acaban de rebasar a los Boston Celtics en la clasificación para hacerse con la quinta plaza de la Conferencia Este.

Siendo como son los Knicks, su entrenador Tom Thibodeau quiso asegurarse anoche en sala de prensa de que la concentración de su equipo se mantenía en el próximo partido:

“Lo importante es no perdernos. No podemos empezar a mirar hacia los playoffs y las rachas de victorias y perder la concentración en el siguiente partido contra Atlanta. Ahí debemos centrarnos, ir día a día, paso a paso… es muy fácil salirse del camino”.

La precaución de Thibs es lógica en una Conferencia Este en la que el cuarto y el séptimo clasificado están en un pañuelo
de dos partidos. De ganar a los Hawks en su próximo compromiso, los Knicks podrían situarse en la cuarta posición y sumar su octava victoria consecutiva.

La última vez que el equipo de Nueva York tuvo una racha triunfal tan prolongada fue en marzo de 2014.

El principal líder de estos renacidos y rejuvenecidos Knicks es un Julius Randle que ha madurado y canalizado las mejores enseñanzas de Kobe Bryant durante su etapa con Los Angeles Lakers. A pesar de no hacer su mejor partido anoche contra los Hornets, sus 16 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias y 2 robos de balón fueron una vez más la columna vertebral del buen momento de los neoyorquinos.

gg.didomi.doWhenConsent(true, “c:twitterwi-wUmBnnKy”, function(){
var fbScript = document.createElement(“script”);
fbScript.src = “https://platform.twitter.com/widgets.js”;
fbScript.async = true;
document.querySelector(“body”).appendChild(fbScript);
} );

Contra Charlotte destacó más R.J. Barrett, autor de 24 puntos y 6 triples de 11 intentos. La labor de los Knicks de Thibodeau es sobre todo coral y defensiva: son el equipo que menos puntos permite (104,5) y lo necesitan al ser uno de los que peor ataca (106,1). La fórmula les funciona por ahora.

Después de sumar 66 puntos en la primera mitad, los Hornets se vieron frenados por la maraña defensiva de Nueva York, que les dejó en 31 puntos en el global de la segunda mitad.

Immanuel Quickley y Derrick Rose, un viejo conocido de Thibs en sus mejores tiempos en Chicago, aportaron 17 puntos ambos a las arcas de los Knicks para consolidar un triunfo que les coloca quintos en el Este y les permite soñar con un bonito viaje a los playoffs.

Pero el entrenador insiste en que ni sus pupilos ni los aficionados deben entregarse a la fantasía. El futuro no está escrito por mucho que vean la gloria a la vuelta de la esquina.

“Debemos tomarnos las cosas día a día, no pensar más allá”, le apoya Rose, un perro viejo en esto de la NBA. “Claro que quieres el primer puesto, pero tienes que trabajar a diario, en cada entrenamiento y en cada sesión de tiro”.

Los Knicks no juegan un baloncesto espectacular, pero un Madison Square Garden sin apenas público eso no importa demasiado. La alegría por acceder a los playoffs, si lo consiguen, será mayúscula en la Gran Manzana.

El baloncesto en Nueva York revive, y si fallan los Knicks no fallarán los Nets.


Source link