Menos bromas con los Houston Rockets. El equipo de Usman Garuba bien que puede ser objeto de la broma fácil en su condición de segundo peor conjunto de la NBA, de equipo encantado de ir de mal en peor por la ‘tentación Wembanyama’, pero lo cierto es que, confirmando también el futuro de su proyecto, han cambiado totalmente la percepción que se podía tener de ellos en los dos últimos partidos. Después de vencer a los Celtics, los Rockets se ‘cargaron’ también a los Lakers para poner más en peligro su presencia en playoffs (110-114).
Bien es cierto que eran unos Lakers reducidos, no sólo sin LeBron, sino también sin Anthony Davis. La ‘Ceja’, aumentada la dependencia del equipo de él sin ‘The King’, podría haber jugado pero prefirió Darvin Ham darle descanso pese a las urgencias. La lesión de estrés del pie derecho que le mantuvo fuera entre diciembre y enero no ha sanado del todo y a los de púrpura y oro sólo les faltaba que quedarse sin el pívot.
Pese a esas circunstancias, los Rockets acabaron ganando con cierta solvencia aún así a unos Lakers mucho más equilibrados desde el cierre de mercado, llegando al último minuto 9 arriba para no pasar apuros.
Garuba no se destacó tanto como en el triunfo ante los Celtics, bajando el nivel, firmando apenas 2 puntos tras un 1/4 en lanzamientos y un rebote en 10 minutos, aunque dejando como siempre su destellos defensivos, capaz de parar lejos del aro a un jugador de muy inferior tamaño como Dennis Schröder en una acción, -1,85 el alemán y 2,03 el español-, para dejar de nuevo patente su versatilidad.
Kevin Porter Jr. si brilló con 27 puntos junto a Jabari Smith Jr. con 18 en unos Rockets que basaron gran parte de su éxito en la defensa, dejando a la gran mayoría de los jugadores de los Lakers con muy malos porcentajes, llamativos sobre todo el 5/17 de un Russell llamado a liderar con la ausencia del ‘Big Two’ -acabó con 18 tantos y 7 asistencias pero 3 pérdidas-, y el 6/17 de Malik Beasley, con 16 tantos.
Austin Reaves lideró desde el banquillo con 24 puntos a los de púrpura y oro, con la tranquilidad por lo menos de haber podido llegar a tiempo a la pelea por los puestos de play-in, ocupando ahora el último de ellos con su 34-36. Sobre todo de cara a la próxima temporada, mucho cuidado con estos Rockets.