Los siete pecados capitales de Luis Campos

El arquero italiano no genera consenso entre la masa social del PSG y un sector importante de la grada hubiera preferido que Keylor Navas fuera titular, pero Christophe Galtier optó por Donnarumma. Harto de tanto esperar, el costarricense se fue cedido al Nottingham Forest y el cuadro parisino se quedó con Sergio Rico como suplente. Pese a las dudas que generó en Champions, la competencia de Donnarumma en el vestuario es limitada.

Christophe Galtier aprovechó el Mundial para recalcar a Luis Campos la importancia de reforzar al equipo con otro central. El tiempo le ha dado la razón. Kimpembe se pierde el resto de la temporada, Marquinhos arrastra problemas en la zona intercostal e incluso Sergio Ramos ha acusado el desgaste de tanto jugar. Skriniar llega en verano, pero lo suyo hubiera sido incorporarlo en el mercado invernal. El Inter no cedió y el PSG no apretó lo suficiente.

El portugués llegó del Lille, avalado por Christophe Galtier y Luis Campos después de haber trabajado con él. El cambio le ha venido demasiado grande. Mermado por varias lesiones musculares, apenas ha podido tener continuidad en el PSG pero cuando ha estado a disposición tampoco ha dado sensación de poder instalarse en el centro del campo. Otra decisión que compromete al asesor deportivo, cuyas contrataciones no han estado a la altura.

En el segundo tiempo del choque en el Allianz Arena, Christophe Galtier se giró hacia el banquillo en busca de opciones para remontar frente al Bayern: Sergio Rico, Letellier, Pembélé, Bitshiabu, Mukiele, Juan Bernat, Zaïre-Emery, Renato Sanches, Carlos Soler, Gharbi y Ekitike eran las alternativas, sin duda insuficientes para hacer algo importante en Champions. El vestuario está descompensado y cuando las cosas se complican, no hay unidad B.

A principios de temporada, Mbappé explicó en una concentración con Francia que jugaba mejor con un ariete de referencia. Giroud era el mejor ejemplo porque a él le facilitaba explotar los espacios al contragolpe. El PSG, empeñado en afrancesar el vestuario, trajo a un Ekitike que no ha acabado de adaptarse. El chico, joven, firmó una gran temporada con el Reims pero en el Parque de los Príncipes se le ve encorsetado y falto de confianza. Necesita tiempo.

En las oficinas del PSG no gusta que Luis Campos combine sus funciones de asesor deportivo con su trabajo en el Celta. Pese a que sean dos clubes que no compiten por los mismos objetivos, no acaba de entenderse que el luso no se vuelque exclusivamente en el proyecto parisino, que busca año tras año dar el paso definitivo para ganar la Champions. Tener distracciones ajenas molesta a un sector de la propiedad en Qatar.

La tarde en la que el PSG remontó de forma agónica al Lille puso de manifiesto que Luis Campos se entrometió en las labores del entrenador al bajar al área técnica. Nervioso por la deriva del equipo, empezó a dar órdenes a los futbolistas y a protestar de forma airada al cuarto árbitro, una imagen que no le dejó en buen lugar. No era la primera vez. En Mónaco también se fue al vestuario a recriminar la actitud de algunos tras la derrota en el estadio Louis II.