Los Sixers acaban con los 'invencibles' Bucks y piden paso con su fastuoso dúo

Los Sixers acaban con los 'invencibles' Bucks y piden paso con su fastuoso dúo

Los Sixers lanzaron un rebelde e imponente grito en Milwaukee al cielo de compromiso por el anillo (130-133), cansados de que vez en cuando se ponga en duda su capacidad. De las nubes bajaron a esos virtuosos y perfectos Bucks líderes de las 16 victorias consecutivas, humanizados por el magnificente dúo Joel Embiid – James Harden que todo lo puede y tanto se entiende, cogiendo el pívot algo del base con 10 asistencias además de sus 31 puntos (11/22 en tiros de campo), inspirándose también la ‘Barba’ de su inseparable pareja, repartiendo como siempre con 10 pases de canasta pero esta vez ejecutando como lo suele hacer Embiid en sus mejores días este curso con hasta 38 tantos -11/26 en TC y 5/9 en triples-, 18 de ellos en el último cuarto.

Unos números de espanto con los que el dúo hace historia, ya que hacía más de 40 años que una pareja de los 76ers no registraba por lo menos 30 puntos y 10 asistencias en un mismo partido. Los últimos en hacerlo, Otis Birdsong y Phil Ford en 1979, de acuerdo a los datos de la ESPN. 

A sus 33 años, decide ser con toda la libertad y precisión la ‘Barba’, asistente o ejecutor. Y cuando. Y lo es. Philadelphia, en una modélica exhibición de contendiente al título a prueba de todo, desafió y venció a cualquiera de las incontables e incesantes adversidades que se fueron presentando. Los 34 puntos y 13 rebotes de Giannis Antetokounmpo -9/21 en lanzamientos-, y los 26 de Jrue Holiday y Brook López, los 18 tantos de ventaja que alcanzaron los Bucks en el tercer cuarto y el +14 con el que se plantaron los de Mike Budenholzer en el último cuarto. También las lesiones de dos titulares como Tobias Harris y P.J. Tucker.

Tyrese Maxey le siguió diciendo al ‘Big Two’ que pueden y deben contar con él -26 puntos y un 8/12 en tiros-, mientras que desde el banquillo, motivado que no decaído ante las críticas por su falta de consistencia, emergieron Georges Niang con 16 tantos y un 5/6 en triples y Jalen McDaniels, más por su defensa el ex de los Hornets, que por su anotación, sin desdeñar en absoluto sus 8 puntos. Su +14 -el mejor parcial de los Sixers-, lo dice todo. 

Las dudas carcomen la candidatura de Philadelphia por la excesiva carga que recae sobre Harden y Embiid, por la irregularidad de su banquillo y una defensa a veces con demasiadas grietas, pero hace tiempo que la posición de los de Doc Rivers es más que sólida -terceros en el Este-, y, a excepción de su ‘complejo’ con los Celtics -tres derrotas de tres-, están despachando casi a todos y cada uno de los integrantes de la competencia por el título.

Rivers, en un triunfo con muchas reminiscencias con el logrado a finales de enero ante los Nuggets, impartió cátedra con sus decisiones, virando el rumbo de un partido que pintaba a correctivo. Mike Budenholzer se sirvió de Brook López, ese gigante que desnuda a los demás de su condición, para darle el día a Embiid.

El interior de los Bucks hizo todo cuanto pudo para sacar al camerunés de las cercanías del aro, obligándole a salir a puntear triples -3/5 desde el perímetro-, jugándole ‘pick and pop’ para castigar su movilidad, algo que se acabó cuando los Sixers pasaron a defender cualquier bloqueo directo con cambio. Aunque Giannis Antetokounmpo, en transición y con cualquier emparejamiento que no fuera con Embiid, ‘campaba’ a sus anchas. Los Bucks supieron aprovechar los mismatch interiores y Holiday dominó como quiso a Maxey, gran eslabón débil del quinteto titular de Philadelphia.

El ataque de los Sixers no descubrían secretos, con el camerunés exprimiendo a Brook López en el otro lado de la cancha con su tiro de media distancia y Maxey acumulando duelos individuales ganados en penetración, apenas incomodado por Jevon Carter y por un Jae Crowder que iba muy agresivo a los cambios.

La poca variación del ataque de los Sixers contribuyó a que los Bucks se llegaran a ver ganadores en el tercer cuarto, pero fue entonces cuando Rivers agitó el banquillo y la pizarra. Logró enmendar el problema en defensa de Maxey poniendo a un afamado defensor como McDaniels a defender a Holiday entre otros ajustes y Harden y Embiid se pusieron a recitar su rico manual de ‘pick and roll’, pocos como ellos en la NBA a la hora de jugarlo: triples de la ‘Barba’ saliendo de bloqueo directo, pick and pop para el camerunés -situación en la que sufría Brook López-, penetración del base, -fortísimo al contacto-, etc.

Como decisivo factor X, Georges Niang. Fue el complemento perfecto para el divino dúo, en su sitio para ejecutar tiros liberados aprovechando la atracción de la pareja en el pick and roll, ofreciendo pantallas a Harden para que fuera el que se quedara en el cambio con el MVP de 2018 Khris Middleton, frágil ante las penetraciones del base, que ofreció otra lección de baloncesto y eficiencia. 

Los Sixers, oportunos como Harden, se avanzaron a falta de 42 segundos -125-127-, y hasta los últimos instantes fueron tranquilos, con un triple de Holiday para el 130-133 tras el que no dio tiempo para nada más. Philadelphia pide paso.




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