Los zarpazos implacables de un año maldito

Los hay que juegan con las cifras del presente año para dar con el número 40: 20+20. O lo que es lo mismo, cuarentena, época para el sufrimiento y el recogimiento, para expiar los ‘pecados’. La lectura un tanto esotérica puede parecer hasta estrambótica, carente de fiabilidad, pero está claro que, coincidencia o no, este curso está siendo penoso en el aspecto social y sanitario, amén del económico. Lo que mal empieza…

En el Athletic se asomó la gripe tanto en el primer equipo masculino como en el femenino; también las paperas afectaron a Unai Simón. Poca cosa para lo que luego sucedería, una especie de plaga bíblica que nadie hubiera ni sospechado.

Ojalá todo lo que está sucediendo ahora fuera una simple gripe como la que afectó al club en el arranque de un maldito 2020, que en el caso del Femenino atacó de una manera implacable, haciendo peligrar algún encuentro. “Son situaciones que nos tienen que hacer más fuertes como equipo, la semana ha sido muy complicada con el tema de fiebres y vómitos”, desveló Villacampa poco antes de medirse al Madrid CFF. Andrea de la Nava, Leia Zarate, Ainhoa Álvarez y Vanesa Gimbert quedaron KO.

Con el Levante pasó algo similar. “Tenemos un brote de gripe, de anginas. Llevamos toda la semana con un montón de jugadoras supermedicadas y Lucía es una de ellas. Damaris es otra, está con molestias en el sóleo”, abundó el míster de la chicas, que temió que no se pudiera jugar el duelo por tantas bajas.

Y
lo que puede venir

Más o menos en esas fechas, se dieron a conocer las paperas de Unai Simón, que le abrieron las puertas a Iago Herrerín para jugar algunos encuentros. Antes de disputar el partido de Copa ante el Sestao, Garitano se vio con problemas para confeccionar la convocatoria debido a los problemas físicos de varios futbolistas, algunos de ellos con fiebre en las últimas horas.

Después llegó el parón tras la victoria del 8 de marzo en Valladolid, varios meses de confinamiento hasta hacer realidad lo que parecía un imposible como era reanudar al competición liguera desde el 14 de junio para prolongar la liga hasta el 19 de julio.

Un nuevo parón de algo más de tres semanas ha llamado a la reincorporación de la llamada nueva realidad, una realidad que ha dado seis sopapos al Athletic en un año aciago y con una final de Copa aplazada.

Y que la cosa no empeore y obligue a más parones, porque el curso no da más que disgustos.


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