El Atlético de Madrid está obligado a ganar este sábado en el Martínez Valero frente al Elche. Un partido en el que se medirá a un recién ascendido que se juega la categoría y que seguramente no lo pondrá nada fácil. Una de sus principales armas será el argentino Lucas Boyé en la punta del ataque.
En el partido de la primera vuelta, el delantero argentino rompió la imbatibilidad de Jan Oblak en el Wanda Metropolitano. El meta esloveno estuvo desde septiembre hasta el mes de diciembre sin recoger un balón de su portería en Liga. Tres meses que pasaron desde el tanto de Jorge Molina con el Granada (6-1) hasta el de Lucas Boyé con el Elche (3-1).
Los colchoneros ya conocen de su poderío en el juego aéreo y de la movilidad que demostró en la cita en Madrid. Por ese motivo saben que tendrán que tener una atención especial para detener al máximo goleador del Elche esta temporada con siete goles, seis en Liga y uno en Copa.
Hace unos días rompió una sequía que le traía de cabeza y marcó el gol de la victoria contra el Levante. Mientras que el Atlético de Madrid viene de encajar dos tantos de cabeza ante el Athletic, precisamente el punto fuerte del punta argentino.
Un jugador que Simeone conoce bien al haberse formado en las inferiores de River Plate, equipo en el que destacó tras una cesión a Newell’s. Tras su salto a Europa se ha convertido en un auténtico trotamundos. Se encuentra ahora mismo en el conjunto ilicitano, cedido por el Torino. Aunque antes de eso había estado cedido en el Celta de Vigo dónde tuvo pocos minutos, AEK de Atenas y Reading. Cuatro países diferentes con tan sólo 25 años.
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