Luis Enrique recupera el orgullo por la Roja

La sorpresa táctica de

Luis Enrique con


Dani Olmo
como ‘falso 9’ ha sido el último regalo del entrenador asturiano para hacer de esta selección española el equipo de todos. Que España dominase a la bella Italia es otra aportación más al sentimiento de pertenencia de una selección que ha enganchado por creerse que el equipo está por encima de las individualidades. Un grupo de gente normal, auténtica, joven, sobradamente preparada, que ha aprendido a sufrir y que ha crecido al amparo de un seleccionador fantástico.

Este grupo ha superado la desafección con la selección fabricada por los que no soportaban que el Real Madrid no aportase su escudo a la Roja. Eran parias. Silbaban a
Morata
porque necesitaban empequeñecer a un grupo que no sabían tiene mucha personalidad. Empezando por
Pedri,
que parece tímido y apocado porque como se parece tanto a Iniesta en el campo alguien podría pensar que fuera es igual. Pero
Pedri
es divertido y líder, un simpático animador de grupo, buen tipo, como
Álvaro Morata
,
que no dejó de llamar a
Ansu Fati
ni una semana desde que se operó por primera vez, que estuvo pendiente del azulgrana y eso nunca se olvida.

La Roja engancha por su juego, por su personalidad, por su propuesta. Enamora con
Dani Olmo
, imponente ante la ‘azzurra’ . Lucho mira a
Olmo
como a un hijo, admira al de Terrassa y su decisión de dejar la Masia con 15 años para jugar en Croacia cuando lo cómodo era quedarse en la aristócrata cantera azulgrana. Lucho es del pueblo. Necesita futbolistas como
Olmo
, conectado a su psicóloga personal
Lorena Cos
, que trabajó con su padre en el Sabadell, porque el catalán, como
Luis Enrique
, cree que en el fútbol el control de las emociones es básico.

El jugador del Leipzig habla croata y cuando se convirtió en el futbolista 160 que se incorporaba al proyecto benéfico de


Juan Mata

Common Goal, cediendo un 1% de su salario para proyectos humanitarios, decidió ayudar a la ONG croata Cross Cultures para devolver la sonrisa a los hijos de la guerra de los Balcanes.


Lucho
preparó el partido y tomó decisiones, valiente, decidido, consecuente. Con estas características se consigue lo que ha logrado él, recuperar el orgullo por la Roja, hacer que todos se sientan representados por la selección, provocar el aplauso del mundo del fútbol. España ha recuperado en esta Eurocopa la estrella con la que brilló con la mejor generación del fútbol español. Lucho no cambia a ninguno de sus futbolistas porque piensa, cree, siente que trabajando en equipo se pueden alcanzar todos los sueños. Qatar está ahí, a la vuelta de la esquina, y España se presentará alegre.

En la tanda de penaltis ni Dani Olmo, inmenso en las semifinales, ni Morata, autor del gol del empate pudieron marcar. Y
Pedri

lloraba, desconsolado, porque quería estar en la final. Por Luis Enrique. Por el esfuerzo del grupo. Tranquilo,
Pedri,
esta selección ha conseguido recuperar el orgullo de sentirse español. Lo ha logrado con Lucho como líder.


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