Luis Suárez catapulta al Atlético hacia LaLiga

El Atlético de Madrid logró un triunfo de esos que califican de campeón. No fue mejor que el Eibar, que además se adelantó en el marcador con un gol de Dimitrovic (sí, el portero), de penalti. Pero remontó, con una efectividad insultante, de la mano de Suárez, que hizo los dos goles de un equipo que deja al Madrid a siete puntos y al Barcelona a diez. Y con un partido menos. No brilló, en absoluto, el Atlético. Pero ganar así invita a pensar en grande. Ya sí.

No se puede decir que el Eibar sorprendiera al Atlético en el inicio. Simeone, sus jugadores y los aficionados colchoneros sentados ante sus televisores sabían que los de Mendilibar iban a salir presionando arriba. Y lo hicieron, claro. Eso imposibilitaba a los rojiblancos llegar a tres cuartos con balón. Apenas los duraba el balón. Y el Eibar quería robar y salir rápido.

Eibar-Atlético, en imágenes

En uno de los robos en el centro del campo, Edu
Expósito buscó en largo a Muto, que ganó la espalda a Carrasco. Se frenó el japonés,el belga, sin mirar le pisó, y después cayó encima. Penalti. Tonto y evitable, pero penalti. La sorpresa llegó cuando Dimitrovic recorrió 80 metros para coger el balón. Lo iba a lanzar él. Se sorprendió hasta Melero
López. Oblak sonreía. Pero iba en serio. Tanto, que lo marcó, engañando a su ‘colega’. 1-0 para el Eibar y Dimitrovic de portero… y de goleador.

El tanto dejó algo tocado al Atlético. La banda izquierda de Carrasco era la única vía para que el cuadro colchonero se acercara al área local. El belga lo intentaba una y otra vez, haciendo sufrir a Pozo, pero su insistencia no era suficiente. Saúl (mejorado) trataba de tocar rápido en el medio, Lemar se ofrecía y Llorente bregaba. Arriba, Correa no estaba fino y a Suárez no le llegaban balones. El Cholo mandó calentar a Lodi, en un aviso para los del campo, y porque meditaba pasar al clásico 4-4-2 por los problemas que tenía. Se notaba la ausencia de Koke, claro.

Pro según pasaba el tiempo, el Atlético crecía. Y el Eibar bajaba en su ímpetu. Correa tuvo una volea pero no se atrevió. En la segunda sí, y su disparo rozó el larguero. Fue la única de los madrileños hasta que en el minuto 40, en un saque de banda, la fe de Llorente y el acierto de Suárez nivelaron la balanza. Sacó rápido el madrileño, pero tras un centro de Correa, el balón le quedó a Sergio
Álvarez para el despeje. Y ahí estaba ya Llorente para presionar. Rechace que le quedó al uruguayo, que escorado, la mandó a la red en un remate de calidad. Para eso fichó por el Atlético.

De ahí al descanso, el Eibar volvió a meter una marcha más, y a los rojiblancos les tocó sufrir. Sobre todo por su derecha, con Savic ejerciendo de apagafuegos con un Vrsaljko que debe seguir cogiendo ritmo ante la incertidumbre que genera la situación de Trippier.

Simeone quería mover cosas desde el minuto 15. Y lo hizo en el tiempo de asueto. Por partida doble. Metió a Joao
Félix y Torreira y retiró a Correa y Lemar. Fortalecer el medio con el uruguayo, con Llorente ayudando a Vrsaljko por la derecha, y dotar de más calidad al ataque. A priori, buena apuesta tras lo visto en el primer acto. Como también lo fue la del Eibar, que salió como al inicio. A morder. Se repetía el guion, con los vascos siendo superiores a los madrileños, que no encontraban la fórmula. Arbilla, de falta, y Bigas, en un córner, amenazaron a un Atlético que no generaba nada y al que no se le notaban las sustituciones. Y quedaba un cuarto de hora. Capitulo especial para Melero López. 18 faltas llevaba el Eibar a esas alturas. Ni una sola amarilla. Así también es complicado crear algo.

Llegó la primera amonestación para los locales en el 82’, cuando Arbilla derribó a Suárez cuando se iba solo ante Dimitrovic tras un rechace. Olivera estaba cerca, pero bien pudo haber sido roja. La falta, en la frontal, la envió arriba Carrasco. La buena fue la de Joao
Félix, que recibió en el área de Suárez y la pegó abajo, junto al palo, pero ahí se estiró Dimitrovic para evitar el 1-2.

Quiso más el Atlético, con más ganas que juego. Y un despeje fue un balón de oro para Suárez, que ganó la carrera a Arbilla y se plantó en el área. El defensa armero metió la pierna, sin mucha necesidad. Penalti. El uruguayo asumió la responsabilidad. En el 90’. Y lo lanzó a lo Panenka, por el centro.

Si Dimitrovic tiró el primero, él ejecutó así el segundo. Se marchó al banquillo (grada), felicitado por sus compañeros, con Kondogbia en el campo. Más músculo para aguantar el resultado.

No fue el mejor partido del Atlético. Posiblemente, de los más grises del campeonato. Mereció mas un valiente Eibar. Es complicado ganar con tan poco en Ipurua. Pero tener a Luis Suárez sigue siendo mucho. Y el uruguayo quiere esta Liga.

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