Luis Suárez y Uruguay, rehenes del éxito


Desde el fondo de la historia la celeste se ha movido con comodidad esperando al rival, para meter el zarpazo de contragolpe. “Ataca Argentina, gol de Uruguay”, cuentan que era el telegrama sintético que llegaba desde la final olímpica de 1928 en Amsterdam, mientras el pueblo uruguayo esperaba ansioso agolpado en la Plaza Independencia de Montevideo las novedades que se propalaban por parlantes de los diarios capitalinos que recibían de sus enviados informes periódicos del avance del partido.

Este Uruguay de Luis Suárez, dirigido por el Maestro Tabárez hace trece años, se ha caracterizado por una férrea defensa, con Lugano y Godín como lugartenientes, y luego Josema Giménez ante el retiro del ex capitán. En el medio, dos a “raspar”, en una época el “Ruso” Diego Pérez y el “Cacha” Arévalo Ríos.

Suárez, Cavani y Forlán, han sabido ser capitanes de un barco ofensivo en el que muchas debieron crear y concretar. El gol paradigmático es el primero en el Mundial ante Portugal. De Cavani para Suárez, de Suárez para Cavani, y golazo del punta del PSG.

El gran primer tiempo en el debut ante Ecuador, con goleada, ha consolidado la idea de la candidatura de Uruguay en la Copa América. La prensa brasileña lo asume como el principal rival al título. Ya no será tan fácil eludir el protagonismo, ni regalar la pelota al rival, para esperar los espacios que tan bien aprovechan Suárez y Cavani.

Suárez, a tope

Luego de la operación de meniscos del 9 de mayo, la única presencia en cancha de Luis Suárez había sido media hora en el amistoso del viernes 7 junio ante Panamá. Las naturales dudas sobre su actualidad quedaron fulminadas ante los ecuatorianos. Está muy bien.

El punta jugó los noventa minutos, a ritmo fuerte siempre , incluso en el segundo tiempo cuándo las extremas diferencias en el campo entre uruguayos y ecuatorianos invitaban a bajar varios cambios la marcha. Suárez siguió en quinta.

Volvió a firmar, ya suma 57 conquistas con la celeste, de sus pies nació el primer gol de Nicolás Lodeiro a los cinco minutos, y fue permanente gestor de jugadas en ofensiva.

Un motivo de alegría extra fue la actuación de Lodeiro. Muy amigo del punta, el volante celeste fue casi lapidado por los propios uruguayos en las redes sociales, que se ensañaron sin causa con extrema crueldad. Le pegaron por doquier, en esa ingratitud que el hincha muchas veces profesa.

El primer tiempo de Lodeiro en Belo Horizonte fue magnífico, coronado con un golón espectacular, después de un sombrero de dibujitos animados dentro del área.

Suárez y Lodeiro comparten amistad hace muchos años, desde las inferiores en el Club Nacional de Fútbol en Montevideo. Mate en mano andan siempre juntos en los hoteles que recorre Uruguay en tierra brasileña.

El Nico es casi un confidente de Luis. Una mañana en Barcelona, una semana antes del primer clásico del punta en el Camp Nou (aquel que definió en estupenda corrida entre Ramos y Pepe para resolver cruzado ante Casillas), recuerdo que le pregunté si tenía algún sueño antes de enfrentar al Real Madrid.

“Ahora no. Cuándo soñé fue en la previa de jugar con Inglaterra en el Mundial. Soñé que jugaba y le hacía dos goles. Y se lo conté al Nico (Lodeiro). Y le decía, “Nico”, voy a jugar y voy a hacer los goles”.

Aquel presentimiento de Luis, cinco años atrás, después de una operación también de meniscos, 29 días antes de jugar con los ingleses por el Mundial, fue realidad. Uruguay 2 a 1, con dos goles suyos. Y el confidente fiel, Lodeiro, escuchó el sueño y lo vivió en la cancha.


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