Macron y las consecuencias del amor

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Emmanuel y Brigitte Macron, el miércoles en el Museo del Prado.A. Ortega. Pool (Europa Press)

Emmanuel Macron y Brigitte Macron no salieron por la puerta principal del Museo del Prado al terminar la cena del miércoles; lo hicieron por una puerta lateral, acompañados por un reducido equipo de seis personas. Macron llevaba la chaqueta al hombro, y allí, sin luces ni cámaras, en medio de la noche, se acercó a su mujer y la besó. La escena remite a una pregunta que circula desde el origen del mundo: si eres poderoso, ¿hace falta estar enamorado cuando se va el público? Brigitte y Emmanuel entienden que sí. Hasta ese beso semiescondido, en que dio una pequeña lección de cómo se manejan los tiempos, Macron había dominado la escena intencionadamente. Por ejemplo, cuando estuvo con su mujer y un grupo de líderes frente al cuadro La familia de Carlos IV, de Francisco de Goya. Los dos esperaron a que se fuesen marchando todos para quedarse solos mirando el cuadro y conseguir una foto espectacular. No fue el único pero sí al que más se le notó; si algo llama la atención de estas cumbres es la importancia de la fotografía, lo simbólico que resulta una buena imagen (un gesto, la compañía, el contexto, el fondo) y la dedicación de los presidentes a obtenerla, la calculada espontaneidad con un ojo puesto en la cámara.

Foto de familia de los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN, antes de la cena ofrecida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el miércoles en el Museo del Prado, en Madrid. Los mandatarios cenaron en el claustro del museo, ubicado en la última planta de la ampliación de la pinacoteca diseñada por el arquitecto español Rafael Moneo, un espacio diáfano delimitado por un claustro del siglo XVII. Ballesteros (EFE)Desde el fondo y ante ‘Las Meninas’, de Velázquez, el cuadro más icónico de la pinacoteca madrileña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; su esposa, Begoña Gómez; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, su mujer, Brigitte Macron; y el primer ministro albanés, Edi Rama, y su mujer, Linda Rama, posan para la foto de familia el miércoles en el Museo del Prado.Chema Moya (EFE)El primer ministro británico, Boris Johnson, junto a ‘Las tres Gracias’ (1630–1635) de Rubens, el miércoles en el Museo del Prado de Madrid. El británico fue uno de los primeros mandatarios que se aventuró a incursionar por las salas aledañas de la pinacoteca mientras el resto de líderes charlaban entre ellos.Ballesteros (EFE)El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, en su visita al Museo del Prado el miércoles, antes de la cena de trabajo de la cumbre de la OTAN.Ballesteros (EFE)El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (a la izquierda), enseña su teléfono al primer ministro de Malta, Robert Abela, y a su esposa, Lydia Abela, el miércoles en la sala del Museo del Prado donde se expone ‘Las Meninas’, de Diego Velázquez, la obra más popular del museo madrileño.Juanjo Martín (EFE)Emmanuel Macron, presidente de Francia, su esposa, Brigitte, y la mujer del primer ministro de Bélgica, Annik Penders, observan el cuadro ‘La familia de Carlos IV’, pintado por Francisco de Goya en 1800 y que muestra al entonces soberano, su esposa, hijos y familiares más directos como humanos, pero también como seres divinos y coronados por la gracia de Dios.BERTRAND GUAY (AP)El primer ministro británico, Boris Johnson, contempla el cuadro ‘Carlos V a caballo en Mühlberg’ (1548), del pintor veneciano Tiziano Vecellio, el miércoles en el Museo del Prado. Brais Lorenzo (EFE)El primer ministro de Italia, Mario Draghi, habla por teléfono sentado en una de las salas del Museo del Prado, el miércoles. Draghi abandonó ayer por la noche y de forma precipitada la cumbre de la OTAN a la que asistía en Madrid. El mandatario italiano, que ha sido uno de los protagonistas de las acciones políticas en los últimos meses desplegadas por la Unión Europea y los socios atlánticos en la guerra de Ucrania, decidió regresar a Italia por las tensiones internas que se viven en su gobierno.Ballesteros (EFE)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (a la izquierda), y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, contemplan ‘Las Meninas’, de Velázquez, el miércoles en el Museo del Prado.Ballesteros (EFE)De izquierda a derecha, Jonas Gahr Støre, primer ministro noruego; Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; y Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo, el miércoles en el Museo del Prado.Ballesteros (EFE)El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el miércoles en el Museo del Prado. BERTRAND GUAY (AFP)El primer ministro de Portugal, António Costa, en su visita al Museo del Prado el miércoles antes de la cena de trabajo de los dirigentes de la OTAN y de la UE.Ballesteros (EFE)El canciller alemán, Olaf Scholz, observa los cuadros a su llegada el miércoles al Museo del Prado.Brais Lorenzo (EFE)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (tercero por la derecha), explica el cuadro ‘Las meninas’, de Diego Velázquez, a Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, el miércoles en el Museo del Prado. Brais Lorenzo (EFE)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado por su esposa, Begoña Gómez, llega al Museo del Prado para ejercer de anfitrión en la cena de trabajo que reunió el miércoles a los líderes de la Alianza Atlántica y de la UE.Ballesteros (EFE)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con el primer ministro británico, Boris Johnson, en la cena de trabajo de la cumbre de la OTAN en la que el mandatario español ejerce de anfitrión. Chema Moya (EFE)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, reciben al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a su llegada a la cena celebrada el miércoles en el Museo del Prado. El menú de la Cena Euroatlántica consistió en un plato principal compuesto de espaldita de cordero cocinada a baja temperatura con puré de limón, elaborado por el chef José Andrés, fundador de la ONG World Central Kitchen y premio Princesa de Asturias de la Concordia por el trabajo realizado en favor de los afectados por crisis humanitarias.Chema Moya (EFE)El presidente de EE UU, Joe Biden, conversa con la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, antes de la cena de trabajo que los líderes de la OTAN celebraron la noche del miércoles en el Museo del Prado. Los líderes y sus acompañantes cenaron por separado: mientras los mandatarios lo hicieron en el claustro, sus acompañantes estuvieron en la llamada Sala de las Musas, en el interior del Museo del Prado.VIOLETA SANTOS MOURA (REUTERS)El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habla con algunos de los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Kiev, que interpretó algunas piezas de música clásica antes de la cena, el miércoles en el Museo del Prado. Fernando Calvo y Borja Puig de la Bellacasa (Pool)El concierto de la Orquesta Sinfónica de Kiev, el miércoles en el Museo del Prado, es un gesto de apoyo hacia el país invadido por Rusia. Se trata de la orquesta estatal ucrania, creada hace 40 años, y dirigida por el italiano Luigi Gaggero desde 2018.Fernando Calvo y Borja Puig de la Bellacasa (Pool)

Andrés Ballesteros, de Efe, informó de la crisis interna italiana de la mejor forma: Draghi, de espaldas a todos, sentado al teléfono, un poco antes de decir que se tenía que marchar a su país. Biden agarra, coge del brazo, de la cintura (una fuente malvada sugiere que lo hace para no caerse). De Biden se dijo que “se le ve mayor”, que es esa clase de frases estúpidas que se dicen sobre alguien que cumple 80 años dentro de tres meses: es mayor, no se le ve mayor, no pasa nada, hay mucha gente mayor en el mundo sin necesidad de que nadie tenga que verlos mayores. Sea por la edad o por su condición de presidente de Estados Unidos, es al que más le da igual todo en asuntos de imagen, ni se preocupa mucho por ello. Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, no cabían en sí de gozo, esa clase de anfitriones tan relajados y felices que si alguien hubiese necesitado pasar un poco más la carne, prenden fuego a Las Meninas. No les hubiera dejado el chef José Andrés, para el que Hughes, en Abc, ha encontrado el apodo definitivo: Chef José Andrés (qué bueno es). Antes de que se sirviese la cena, José Andrés dio varias claves para reconducir crisis internacionales y humanitarias mediante la gestión de presupuestos; insistió sobre ello durante la cena en algunas mesas: hay chefs que te explican los platos y otros que te explican el mundo. Jill Biden, la esposa de Joe Biden, se fue de fiesta a la embajada el martes y abandonó España al día siguiente, pasando de la cena en el museo y aprovechando la circunstancia de no ser Melania Trump, porque si esto lo hace Melania, estaría todo el mundo enloquecido hablando de crisis y divorcio. Pero quién puede divorciarse de Biden, y cómo se le explica eso.

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