Manuel Valls escribió en 2018 que volvía a lo que considera su casa, Barcelona, para ser alcalde. Solo tres años después, el ex primer ministro francés renuncia a este objetivo y admite que su proyecto para la ciudad “tiene fecha de caducidad”. Valls anunció este lunes en la televisión municipal Betevé que no se presentará a las elecciones municipales de 2023 y que Barcelona pel Canvi, el partido que creó para asaltar la alcaldía, deberá reinventarse sin él.
El camino de Valls en la política, desde que dejó de ser primer ministro francés en 2016, ha sido especialmente tortuoso. Tras su fallido intento de liderar el Partido Socialista francés, y después de constatar que el presidente de la República, Emmanuel Macron, no contaba con él para asumir nuevas responsabilidades, Valls decidió dar un salto nunca visto antes en Europa: se presentaría a la alcaldía de su ciudad natal, Barcelona, en las elecciones municipales de 2019.
Su aterrizaje en la Ciudad Condal en 2018 fue recibido con gran expectación y buenos ojos por parte del grueso de las élites locales constitucionalistas. Sin embargo, la alianza electoral que firmó con Ciudadanos le hizo perder numerosos apoyos entre la alta burguesía barcelonesa, que consideraban al partido naranja, por entonces liderado por Albert Rivera, demasiado radical en sus críticas al nacionalismo catalán.
Valls se presentó en la carrera electoral como uno de los favoritos y terminó siendo la cuarta lista más votada: obtuvo seis concejales, tan solo uno más que los que obtuvo Ciudadanos en las municipales de 2015. El propio candidato afirmó en la noche electoral que había fracasado.
El grupo formado por Ciudadanos y Barcelona pel Canvi se rompió poco tiempo después de las elecciones. Se produjeron dos diferencias insalvables entre Valls y Rivera: por un lado, el político hispano-francés criticaba la estrategia de Ciudadanos de no desmarcarse de la extrema derecha de Vox; por otro lado, Valls era partidario de apoyar la reelección de Ada Colau como alcaldesa para evitar que Ernest Maragall, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fuera elegido alcalde. Finalmente, Valls y su número dos, Eva Parera, formaron un grupo propio. El voto de ellos dos y del exministro socialista Celestino Corbacho permitieron que Colau fuera investida alcaldesa. El haber evitado que el independentismo ostentara la alcaldía de Barcelona ha sido, según Valls, su gran logro en la política municipal.
Desde entonces, Valls ha sido especialmente activo en Twitter, pero también en los medios de comunicación franceses, participando en debates del país vecino, sobre todo en cuestiones vinculadas al extremismo islámico. Valls no ha cerrado la puerta a volver a la política francesa, tal y como dijo en una entrevista en 2020 para el diario Le Parisien: “Nunca he abandonado u olvidado este país que tanto me ha dado. Y mi amor por Francia, mi única patria, quiero decir que si bien mi retorno político no está al orden del día, nunca renunciaré a ser útil a los franceses”.
Barcelona pel Canvi tiene los años contados, según explicó Valls en Betevé. Para su líder, el proyecto debe reinventarse, sin precisar de qué manera. Parera es hoy diputada por el Partido Popular tras presentarse en las pasadas elecciones autonómicas del 14 de febrero en la lista encabezada por Alejandro Fernández.
Source link