Valentino Rossi, durante el test que realizaron todos los equipos este miércoles en Jerez.JAVIER SORIANO / AFPLleva 25 años en el Mundial de Motociclismo. Es historia viva del campeonato. El mito de 500cc, el abuelo de MotoGP. Tan ambicioso y apasionado como siempre. Sin devoción por las carreras y la competición no podría uno pensar en seguir jugándose la vida a los 42 años de edad, como hará el año próximo. Valentino Rossi, que comienza este fin de semana en Jerez su última temporada con el equipo oficial de Yamaha, ha anunciado este jueves que queda Rossi para, al menos, un ratito más. “La noticia de que ya he firmado no es cierta, pero estamos muy cerca de cerrar el contrato. Quiero seguir compitiendo. Al 99%, correré con el equipo Petronas en 2021”, aseguró en la primera conferencia de prensa en un circuito de velocidad, aunque por vía telemática, que se celebra este curso.El Mundial se retoma en Jerez –empieza en el caso de MotoGP, que no llegó a disputar siquiera aquella primera carrera en Qatar– con la certeza de que Valentino Rossi seguirá corriendo el año próximo. Gracias al equipo satélite que levantó el curso pasado el empresario Razlan Razali, propietario de la estructura y enlace con la petrolera malaya. Rossi, además, y según acordó con la fábrica de Iwata, podrá seguir pilotando una Yamaha oficial. “Todavía tenemos que solucionar unos detalles, especialmente sobre mi equipo y sobre la gente que trabaja conmigo. Estamos hablando de cómo hacer el equipo, hay muchas piezas que poner en su sitio”, explicó.Aseguró el piloto de Tavullia, a quien Yamaha le enseñó la puerta de salida a principios de año –contrató en su lugar al joven talento Fabio Quartararo–, que ha cerrado un acuerdo por una temporada más y una segunda opcional. “No quería irme de Yamaha al equipo Petronas sabiendo que era mi último año en el Mundial. En verano del año próximo decidiremos si seguir un año más”.Rossi, que ganaba su primera carrera en la categoría reina un 7 de julio del año 2000 en Donington Park, hace ahora 20, “no querría una vida sin motos”, aunque los meses de confinamiento en casa le han servido para darse cuenta de que sí que puede vivir sin carreras. “En este tiempo ha sido fundamental vivir sin la presión de los grandes premios. Al principio estaba preocupado, no sabía cómo lo llevaría, pero luego vi que me encontraba bastante bien. Me gusta levantarme tarde y estar en casa sin pegar palo al agua”. Al regreso a la competición y la nueva normalidad, la sorpresa para Rossi ha sido encontrarse en un circuito –Jerez acoge los dos primeros grandes premios, sin público, ni patrocinadores, ni invitados– más solo de los acostumbrado. “Es increíble. Puedo andar por el paddock. La última vez que lo hice fue en 1997”.
