Marcelino: “Es un orgullo ver la respuesta de esta plantilla”

Marcelino ya lleva cuatro meses y medio al frente del Athletic. En este periodo han pasado muchas cosas, entre ellas el título de la Supercopa y las derrotas en las dos finales de Copa ante Real Sociedad y Barça. Por primera vez en diez años el entrenador del Athletic concede entrevistas personalizadas, algo que se agradece. El asturiano hace un repaso de lo vivido en esta etapa.

¿Cómo está en el Athletic y en Bilbao?

Estoy muy a gusto. Muy identificado con el club, perfectamente en la ciudad y agradecido a la afición por las muestras de cariño que me demuestran, que a la vez generan una mayor responsabilidad si cabe.

¿Le ha sorprendido todo lo que representa el Athletic en Bizkaia o ya se lo imaginaba?

Sí que te lo imaginas porque sabes lo significa esta filosofía. Pero cuando vienes aquí percibes que es mayor de lo que pensabas. El Athletic tiene un significado enorme. Esto también nos implica una gran responsabilidad para intentar hacer feliz a toda la gente. El equipo ha transmitido ese orgullo y ese trabajo que hace que la afición pueda sentirse a gusto.

Su primera intención era entrenar en el extranjero. ¿Qué es lo que le hizo cambiar de opinión y aceptar la oferta de Ibaigane?

Es cierto que esa era nuestra idea, pero tampoco pensaba en el hecho de que el Athletic me pudiera llamar a mí. No lo veía como una posibilidad. Cuando nos lo propusieron piensas que esta oportunidad posiblemente no vuelva a pasar. Para los que no somos de aquí, el significado de este club fuera es muy importante. Estamos muy satisfechos de haber dicho que sí.

No pensaba en el hecho de que el Athletic me pudiera llamar a mí. No lo veía como una posibilidad

Cuando llegó, ¿qué vestuario se encontró?

Con la tristeza lógica que casi siempre se produce cuando un entrenador es destituido. A la vez me encontré un grupo humano absolutamente entregado a lo que proponíamos, con la única idea de ayudarnos y colaborar. Así nos lo transmitieron los capitanes incluso viniendo a nuestro vestuario a darnos la bienvenida y a ofrecernos toda su colaboración y la del resto de futbolistas. Solo tengo palabras de agradecimiento. Lo mismo que ahora. Estamos muy agradecidos y orgullosos por el comportamiento que tiene la plantilla.

¿Se esperaba un rendimiento tan bueno en tan poco tiempo?

No, es sorprendente. Preveíamos implantar nuestras ideas poco a poco. Algunas eran comunes con lo que se venía haciendo. No queríamos hacer una ruptura drástica, sino ir introduciendo conceptos. Tuvimos 20 minutos esplendorosos contra el Barça y luego tuvimos la famosa Filomena que nos ayudó a poder trabajar un poquito al no jugar contra el Atlético. Llegamos a la Supercopa. El hecho de ganar al Real Madrid nos dio un aumento de autoestima muy grande y competimos dos encuentros extraordinarios. Luego tuvimos partidos muy buenos. La Copa y la posibilidad de jugar otra final nos condicionó para la Liga.

¿Qué hizo en el vestuario para que los jugadores fundamentales mejoraran tanto en tan poco tiempo?

Transmitir confianza, seguridad, que confiaran en ellos mismos y aplicar algunos criterios defensivos, ofensivos y de transición con los que ellos se sintieron identificados. Pero sobre todo que creyesen en ellos mismos. Fue muy importante que nuestros jugadores más importantes se unieran en un gran momento. Esto nos dio un rendimiento que diría es el máximo que podemos alcanzar.

La actitud ante el Huesca es que corrimos 114 kilómetros y muchos a una alta intensidad. El equipo sí tuvo actitud”

¿La Liga es la decepción en este periodo con usted al frente del equipo?

No diría decepción. Voy a intentar explicarlo. La final contra la Real nos condicionó. Era el gran objetivo. Queríamos llegar en la mejor condición física posible, no nos queríamos lesionar, queríamos ganar, teníamos que ganar, solo valía ganar… Era centrar todo para llegar a ese momento en el mejor estado mental y físico posible. Y eso te hace olvidar lo inmediato para fijar toda la atención en esa final. Eso nos pudo perjudicar en la Liga, pero el equipo compitió. En muchos de los empates merecimos ganar y tuvimos la victoria en nuestra mano. Siempre había un detalle que nos impedía ganar cuando los méritos habían sido para sumar los tres puntos. Cuando eso ocurre de forma repetida, mentalmente te genera dudas. Son las que nos aparecieron en la primera final cuando teníamos el convencimiento de poder ganar, pero fueron surgiendo dificultades durante el partido y en vez de superarlas nos entró el miedo a perder.

¿Y en la segunda final?

Ante el Barça fuimos muy debilitados físicamente porque hubo jugadores tocados y otros con procesos víricos que nos limitaron. No lo dijimos en su momento ni lo quisimos utilizar como excusa, pero es una realidad. Analizando el juego de los partidos posteriores, fuimos mejorando. Ha sido una pena que la falta de acierto en las áreas nos haya condicionado para lograr resultados que habíamos merecido y que nos hubieran permitido luchar ahora por Europa.

Hay algún sector que cree que el equipo no puso la actitud necesaria el miércoles en Huesca. ¿Qué tiene que decir?

La actitud es que corrimos 114 kilómetros y muchos a una alta intensidad. Eso son los datos. Evidentemente no estuvimos fluidos. Pero también hay que decir que superándonos el rival y logrando una victoria que es justa, un detalle nos privó de sumar un punto. Pero tengo que ser consecuente con lo que digo. Si otros empates se nos quedaron cortos por merecimientos, este se nos hubiera quedado largo. Pero el equipo sí que tuvo actitud.

Ha afirmado en alguna ocasión que el equipo se ha recompuesto bien a las dos finales, pero ¿ha alcanzado el nivel competitivo anterior?

Antes de las finales hubo unos partidos cercanos que no estuvimos a un nivel muy superior a por ejemplo contra la Real o Alavés. Después de perder la final contra la Real tuvimos un partido bueno en San Sebastián que pudimos haber ganado. Perdimos contra el Barça y volvimos a competir muy bien. Ganamos en Sevilla y al Atlético. El único partido donde no jugamos a un nivel bueno es el del Huesca, pero tampoco nos puede servir para hacer una valoración global. El encuentro ante el Valladolid se no escapó en el minuto 85, ante Osasuna se nos fue en el 88’. A eso hay que añadir que jugamos domingo-miércoles, que desde la final tenemos de baja a Yuri, a Iker, tuvimos a Raúl, a Yeray en muchos partidos, Lekue, Dani, Zarraga… Tuvimos muchas lesiones. Unido a que el año pasado se jugaron muchos partidos en agosto, el equipo tuvo pocas vacaciones, luego viene el tema del Covid, que se juega a puerta cerrada en un equipo como el Athletic en el que su afición tiene una influencia mayor… Esto no son excusas. Son unas circunstancias que me hacen pensar que este tramo después de las finales fue mucho mejor de lo esperado. Ya no hablo de un recordatorio que escucho en algún lado sobre lo que sucedió en la etapa de Bielsa después de perder las dos finales hasta finalizar la competición. Puesto todo esto en una balanza, para mí es un orgullo ver la respuesta de esta plantilla.

Mi deseo es tener una plantilla más corta e intentar que en todos los puestos haya dos futbolistas que puedan jugar con un rendimiento similar

¿A qué puede aspirar el Athletic la temporada que viene?

Hay que aspirar a estar en Europa. Tenemos que iniciar la pretemporada con esta ambición. Es cierto que tenemos que rendir a un grandísimo nivel para pelear con equipos que tienen muy buen nivel, pero nosotros no debemos estar lejos, tenemos capacidad para estar cerca de ellos pero rindiendo al máximo nivel durante 10 meses. Debemos de imponernos esa ambición, no admito ninguna otra circunstancia de inicio.

¿Cuál es la clave para lograr esa regularidad durante diez meses?

Tener la mentalidad necesaria. No mantenemos la concentración durante 90 minutos y eso nos castiga en exceso. Es el primer paso a dar. La temporada próxima se prevé normal, que también es importante para que haya gente de manera progresiva en San Mamés. Mi deseo es tener una plantilla más corta, esto aumenta también la competitividad. A partir de ahí, intentar que en todos los puestos haya dos jugadores que puedan jugar con un rendimiento similar.


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