Luka Modric se entretuvo brevemente hace unas semanas camino del vestuario, recién eliminado con el Real Madrid de la Champions en semifinales, porque el futbolista que había marcado el gol que cerró el partido (2-0) le debía algo. En la ida en el Alfredo di Stéfano, el croata le había dado la camiseta a Mason Mount, pero el inglés había escapado sin dejarle la suya. Para arreglarlo, Modric acudió al intermediario del intercambio fallido, Mateo Kovacic, compañero de Mount en el Chelsea y suyo en la selección croata. Para el joven inglés, de 22 años, el empeño de su rival en conseguir su camiseta resultó conmovedor. Modric, de 35 años, ha sido el ídolo del que desde niño veía un vídeo tras otro.
Mount lo recordó el jueves, tres días antes de reencontrarse este domingo en Londres con él y resto de la selección de Croacia en el primer partido de Inglaterra en esta Eurocopa (15.00, Cuatro). “Hablé con Kovacic antes del primer partido y le pregunté si me podía dar la camiseta. Lo conseguí. Y él me pidió la mía en el segundo, porque no se la di en el primero. Kova me dijo que le gustaba intercambiarlas y tener las de los otros jugadores. Vino y me dijo que quería la mía. Y me deseó buena suerte en el siguiente partido. Fue genial para mí hablar con él. Y que quisiera mi camiseta”, recordó entre la admiración y la pillería.
“Jugar contra él fue raro, porque le he visto tanto mientras crecía, que de alguna forma me sabía sus movimientos, y lo que iba a hacer. Ayuda ser fan de un jugador y jugar contra él, porque sabes lo que le gusta hacer”, dijo Mount, que en las semifinales de Champions se cruzó con el croata por las mismas zonas del campo.
Este sábado Modric, mucho más cerca de un compromiso fundamental para las opciones de la selección que capitanea y con la que ha jugado 138 encuentros, mostró algo más de distancia: “Le deseé buena suerte en la final. Mason ha demostrado que es un jugador con mucho talento y potencial. Va a ser un gran jugador en el futuro”, dijo de un futbolista con 16 internacionalidades.
En el presente aún está él, al frente de una selección que empieza a rehacerse tras perder a seis de los futbolistas de la semifinal del Mundial de Rusia 2018 en la que derrotó a Inglaterra (Subasic, Strinic, Rakitic, Corluka, Pivaric y Mandzukic). “Me siento bien después de una temporada tan dura. Jugar con la selección es siempre un gran honor y una obligación”, dijo Modric. El espíritu de lo que lo que Croacia alcanzó bajo su mando en el Mundial que le condujo al Balón de Oro ha estado muy presente en la concentración de Rovinj. Allí se han estado entrenando a la hora del encuentro para tratar de adaptarse a la temperatura prevista este domingo en Londres, 28 grados, el día más caluroso del año en Inglaterra.
En su campamento, los croatas han engordado su espíritu guerrero con el recuerdo de un Mundial en el que se exprimieron al límite —tres prórrogas, dos tandas de penalti—, y en el que Mount, adolescente aniñado, estuvo de visita con Phil Foden, el otro gran talento emergente sumado desde entonces por Inglaterra. “Nos tropezamos con Fàbregas, y me reconoció. O se acordaba de mí de los entrenamientos con el Chelsea. Es una leyenda absoluta, y para nosotros hablar un rato con él…”, recordó el inglés.
Modric se alimenta de lo que para Mount es un recuerdo de turista, y también se enciende con sus compañeros subrayando el desequilibrio en las gradas. “Juegan en casa, con su gente, van a estar muy motivados”, dijo. Wembley admitirá 22.500 espectadores, pero casi todos ingleses por las restricciones pandémicas. Entrar al Reino Unido cuesta 10 días de cuarentena y Londres es estos días una ciudad con un punto menos de amontonamiento y bullicio, sin colas en lugares generalmente abarrotados como el Museo de Historia Natural o la plaza de Trafalgar. Allí, bajo la columna de Nelson, se afanaban todavía este sábado los operarios en levantar la zona de aficionados oficial de la UEFA. Era casi el único lugar del centro en el que podía encontrarse un logo de una Eurocopa todavía muy distante, pero que empieza a máximas revoluciones para estos dos semifinalistas del último Mundial. Croacia aún sigue en pie apoyada en Modric e Inglaterra ha sumado mucha pólvora arriba con futbolistas como Mount, que ya no quiere intercambiar zamarra con su ídolo: “Me quedaré con todas las que use en la Eurocopa. No quiero regalarlas”, dice.
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