Melero López, el VAR y San Mamés, una mala combinación para el Athletic

El cielo de San Mamés se abrió en el minuto 73 con el autogol de Rober Correa. Parecía la única manera en la que el Athletic podía salir del atolladero en el que se encontraba frente al Eibar. No duró demasiado la alegría. El VAR hizo de chivato. Llamó a Melero López y la acción quedó anulada. Capa estaba adelantado unos pocos centímetros al recibir en la banda derecha. De nuevo a remar. No pudo ser.



San Mamés, el VAR y Melero López. Una mala combinación. La memoria lleva directamente al encuentro entre el Athletic y el Valencia de la presente temporada. También con el trencilla andaluz impartiendo justicia. El cuadro che se llevó los tres puntos de Bilbao, el único que lo ha conseguido este curso, merced a un polémico gol que colocó a la tecnología en el centro del huracán.

Melero López se dispone a poner en juego un balón a tierra FOTO: Juan Echeverría
Melero López se dispone a poner en juego un balón a tierra FOTO: Juan Echeverría

Maxi Gómez inició la jugada de marras habilitado por milímetros y luego Cheryshev acabaría marcando. El gol subió de inmediato al electrónico y fue ratificado por el VAR. La acción desató una oleada de posturas enfrentadas. Se produjo un nuevo capítulo de la cruenta guerra de las altas esferas del fútbol español debido a las diferentes versiones que ofrecieron Mediapro y la Federación a cuenta de las líneas del fuera de juego. Líos televisivos.

Fue un acto de fe creer que Maxi Gómez no estaba más adelantado. O que Raúl García sí lo estaba en Pamplona. Ayer no. Las líneas que delataron la posición de Capa eran más claras. Al limbo se fue el centro del lateral con dirección a Ibai y que mandó a sus propias redes Rober Correa. Cierto es que tanto frente al Valencia como ayer, Melero López es un simple mandado con los fueras de juego. Es la tecnología la que habla y decide.

Una acción puntual de la que no se acordaría el Athletic si hubiera mostrado otra cara en la primera mitad, si Ibai llega a acertar ante Dmitrovic
, si el cabezazo de Raúl García acaba dentro o si un defensa no se interpone en un chut de San José que llevaba veneno.

Un autogol que hubiera maquillado un encuentro lleno de despropósitos rojiblancos. El duelo arrancó raro con el choque entre Raúl y Bigas que mandó al armero al hospital. Los leones no fueron capaces de imprimir ritmo y lo aderezaron con pérdidas impropias. Un pase de San José a las vallas de publicidad, una arrancada de Yuri que fue cambiando el sentido de su carrera, dos errores de Unai Simón con los pies…

Pero lo peor estaba por llegar. En la última jugada del primer acto. Una falta lejana con posibilidad de colgar al área. Se esperaba con ansia dada la aridez previa en el fútbol del Athletic. Pues sacaron en corto para buscar el chut lejano, pero un defensa se le echó encima y el esférico ni pisó el área. Gracias a que el árbitro señaló el final porque de lo contrario el Eibar hubiera organizado la contra. Hubo ligeros pitos camino al vestuario. Tras el descanso el panorama fue a mejor, aunque Yeray tuvo un par de lapsus. No tuvieron incidencia en el marcador.


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