EL PAÍS

Meloni se impone ante sus socios de la derecha en las elecciones regionales de Lacio y Lombardía

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, no comenzó febrero de la mejor manera. A las tensiones internas en su coalición de Gobierno se sumaron las críticas en el festival de San Remo y su exclusión de la cena en el Palacio de Elíseo organizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, con el ucranio Volodímir Zelenski y el canciller alemán, Olaf Scholz. Pero la líder de la ultraderechista Hermanos de Italia aguantó: se tragó varios sapos. Sabía que este 13 de febrero llegaría un balón de oxígeno en forma electoral. Y así fue. Su partido se ha impuesto este lunes en las elecciones celebradas en las cruciales regiones de Lombardía y Lacio: las más pobladas de país, motores económicos y políticos de Italia. En ambas gobernará la coalición de derechas y su formación ha sido la más votada, según las primeras proyecciones.

“El resultado obtenido en Lombardía y Lacio refuerza al Gobierno y a la coalición de centroderecha”, ha publicado Meloni en Twitter.

Unos 13 millones de italianos —cinco en Lacio y ocho en Lombardía— habían sido llamados a las urnas en unos comicios organizados durante dos días (domingo y lunes) para favorecer la participación. Un objetivo completamente fallido, ya que la abstención llegó a un triste récord de 41,61% en Lombardía y 37,20% en Lacio. El punto más bajo de la historia de la participación en Italia se produjo en Emilia Romaña en 2014, con un 37,71% de afluencia, pero se consideraba un hecho aislado, ya que volvió a subir en los siguientes comicios. Los datos de participación obtenidos en estas elecciones, tratándose de dos regiones distintas y de una importancia capital para el país, son una pésima noticia.

En Lombardía, la derecha apostaba por el actual presidente, Attilio Fontana (54,4%), miembro de la Liga de Matteo Salvini y algo cuestionado, especialmente después de naufragar durante la gestión de la pandemia, cuando la región se convirtió en el primer foco occidental del coronavirus. Era un candidato mediocre desde el punto de vista de la popularidad. La oposición, el Partido Demócrata (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), logró acordar un candidato común, el exconcejal milanés Pierfrancesco Majorino (33,6%), y la nueva coalición centrista, llamada Terzo Polo, apoyó a Letizia Moratti (10,1%), antigua delfín de Silvio Berlusconi y vicepresidenta regional hasta que en 2022 abandonó la derecha. Pero pese al escaso carisma de Fontana y su controvertida gestión, la derecha arrasó. Una muestra más de la desaparición total de la izquierda en Italia.

Lombardía —gobernada ininterrumpidamente por la derecha desde 1994— es el epicentro político y social de Forza Italia y la Liga, los partidos de Silvio Berlusconi y Matteo Salvini, socios de Meloni en el Ejecutivo italiano. Por eso, más allá de la descontada victoria, era importante saber si la líder de Hermanos de Italia superaría a sus aliados en su propia casa. Hermanos de Italia, según las proyecciones, sería el primer partido, con más del 25% de apoyos, por delante de la Liga (16%) y de Forza Italia (8,1%). Este dato confirma la buena marcha del proyecto de Meloni para convertir a su partido en la derecha hegemónica de Italia. La tensión interna entre las distintas fuerzas del Gobierno será cada vez mayor en los próximos meses. Por eso, desde Hermanos de Italia, el ministro de Agricultura y cuñado de Meloni, Francesco Lollobrigida, quitó hierro al asunto asegurando que su partido “no quiere hacer la competencia a sus aliados”.

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Lombardía, además, servía también para analizar la alianza entre el PD, que se encuentra en pleno proceso de refundación y a las puertas de unas primarias, y el M5S. Una coalición que podría utilizarse en el futuro y que no fue capaz de obtener unos resultados suficientes para combatir a la derecha. El nuevo secretario general de los socialdemócratas, que será elegido en marzo, deberá decidir una estrategia nacional de alianzas para hacer frente al potente artefacto electoral de la derecha.

La región de Lacio, en cambio, había estado gobernada por la izquierda desde 2013. El cambio de color político es mucho más significativo que en Lombardía. Francesco Rocca, expresidente de Cruz Roja y candidato de una lista cívica designado por Hermanos de Italia para representar a la coalición de derecha, habría ganado con más del 51% de votos. Un perfil moderado dentro del espectro de la derecha y poco significado política que ha logrado unir a todo el electorado. En esta región, los partidos opositores, en cambio, acusaron la división: el candidato del PD, Alessio D’Amato, responsable regional de Sanidad durante la pandemia, obtuvo el 34,7 % y la del M5S, la periodista Donatella Bianchi, un 10,6%.

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