Mercedes presentará una importante actualización de su coche en el próximo GP de Emilia Romagna en Imola. Había muchas expectativas depositadas en las muchas novedades que llevará al mítico circuito italiano la firma de la estrella después del fuerte aviso lanzado por el jefe del equipo, Toto Wolff, el pasado mes de marzo. Sin embargo, algo parece haber cambiado para el austríaco, que un mes y medio después pronuncia un discurso mucho menos optimista en relación a estas mejoras. El propio Wolff anunció que Mercedes llevará en Imola “una nueva suspensión delantera, nuevo chasis, un nuevo suelo y otras cosas”.
“Tampoco es que esto vaya a transformar mucho las cosas. Jamás, en los 15 años que llevo en F1, se ha introducido un cambio tan grande que te vaya a dar medio segundo, así que dudo muchísimo que esto vaya a pasar”, expresó Wolff en Miami.
A finales de marzo, Toto Wolff ensalzaba el enorme trabajo que estaba realizando la fábrica de Brackley, destacaba los positivos datos que estaban saliendo del túnel de viento y las simulaciones del conjunto en relación a estas nuevas piezas, y no solo eso: aseguraba que no había ni una sola parte del coche actual que no fuera revisada y que los cambios podrían salpicar a cualquier zona del monoplaza y sorprendía al no rechazar la idea de que su monoplaza pudiera abandonar su concepto fallido sin pontones y parecerse más al Red Bull RB19, el coche dominador del campeonato.
Lo que decía Wolff a finales de marzo
“No hay dogmas sobre cómo debería ser el coche. Solo tiene que ser el coche de carreras más rápido posible. Si ese coche se parece a un Red Bull… no me importa. No me avergonzaré si es rápido”, comentaba por ese entonces.
“Estamos avanzando a toda máquina y cambiando las cosas. Estamos dando pasos realmente grandes en este momento con nuestro departamento de I+D y con nuestra comprensión en el túnel de viento, que son pasos realmente grandes porque solo necesitábamos tener la confirmación en Bahrein de que nos equivocamos. El tipo de ganancias que se están produciendo en nuestra I+D y en aerodinámica son mucho mayores que las que hemos tenido durante mucho tiempo”, avisaba Wolff.
“Creo que si continuamos dando los grandes pasos que ya hemos dado en los últimos 10 días, creo que llegaremos a una etapa en la que realmente podremos responder. Solo tenemos que poner el coche en una ventana diferente, estamos cambiando la carrocería del coche y cómo funciona el suelo. El equipo en Brackley está a toda máquina. Hay muchas cosas buenas que vemos. Vemos frutos al alcance de la mano con cosas que son alentadoras”, añadía por ese entonces.
Nuevo discurso sobre las novedades
El discurso anteriormente citado no tiene nada que ver al que pronunció tras el GP de Miami de F1, mucho menos optimista.
“Necesitamos gestionar nuestras propias expectativas. A Imola llevaremos un paquete de actualizaciones que consiste en una nueva suspensión delantera, un nuevo chasis, un nuevo suelo y otras cosas. Estamos buscando carga aerodinámica y estamos tratando de hacer el mejor trabajo posible a nivel de mecánica”, comentó.
“Tampoco es que esto vaya a transformar mucho las cosas. Jamás, en los 15 años que llevo en F1, se ha introducido un cambio tan grande que te vaya a dar medio segundo, así que dudo muchísimo que esto vaya a pasar”, argumentó. En un mes y medio, pasó de hablar de una enorme revolución, a un paquete de novedades que no va a cambiar demasiado la fotografía de la parrilla.
“Nuestro deseo es extraer algunas variables de la mesa, donde creemos que hemos podido introducir algo que no entendemos en el coche. Podemos tener una plataforma más estable y desde ahí deberíamos ver dónde está la base y lo que podemos hacer desde ese punto”, añadió Wolff, quien ya dijo en Miami que su W14 actual “es una basura” por la imposibilidad de comprender el motivo por el que no logran extraer su potencial. Con estas evoluciones Mercedes pretende poder comprender más su monoplaza para así poder dar pasos al frente en pista, pero por lo que dice Wolff, no se trata de una mejora que vaya a cambiar radicalmente el monoplaza.
“La evolución que vamos a traer nos va a ayudar a establecernos en la dirección correcta y entender las zonas en las que podemos entender por qué el coche es tan complicado de conducir”, matizó.
“El actual coche es una basura”
El pasado sábado, tras una mala clasificación de Mercedes en el GP de Miami, Toto Wolff, jefe de los de la estrella, no dudaba en definir su actual monoplaza como “una basura”. “Es peor de lo que jamás pensé que sería”, aseguró.
“No es un buen coche. Sus puntos débiles están por todas partes: en ritmo, el rendimiento del coche… es la falta de comprensión del coche sobre el motivo por el que no está rindiendo. Es todo”, decía Wolff. Ahora, con estas mejoras pretenden acabar con esa “falta de comprensión” sobre el por qué su coche no logra rendir para extraer más potencial. Pero ya no se habla de revolución.