Mike Pompeo asegura en Brasil que Washington seguirá trabajando hasta que Maduro deje el poder


Para mantener su alineación automática con el Gobierno de Donald Trump, el presidente brasileño Jair Bolsonaro ignoró la recomendación que hizo su ministro de Economía, Paulo Guedes, para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la institución crediticia multilateral más influyente del continente.

Al contrario de lo que afirma el Gobierno de Bolsonaro, Brasil tenía un candidato para el puesto de presidente del BID. El ministerio de Economía presentó al economista Rodrigo Xavier ante países caribeños en documentos que envió a países caribeños. Los textos fueron recuperados por opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y EL PAÍS ha tenido acceso a ellos. Solo en la recta final de la campaña diplomática, Bolsonaro decidió escuchar los consejos del canciller Ernesto Araújo y aceptó la candidatura del estadounidense Mauricio Claver-Carone, que consiguió el puesto el 12 de septiembre.

La victoria de Claver-Carone rompió una tradición que se respetaba desde la fundación del banco, hace 61 años, según la cual el presidente del BID debe ser un latinoamericano y el vicepresidente, un estadounidense. El Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño decidió apoyar a la Casa Blanca, una demostración más del histórico giro de la diplomacia brasileña hacia Estados Unidos. En opinión de los expertos en política exterior, el alineamiento ha dado más frutos a la campaña presidencial de Trump que a los intereses de Brasilia.

La falta de sintonía entre Guedes y Araújo se ha puesto de manifiesto en dos documentos oficiales que sus ministerios enviaron a la Cámara de Diputados en respuesta a las solicitudes de información del PSOL. A ambas carteras se les cuestionó por qué Brasil apoyaba al estadounidense Claver-Carone en lugar de insistir en la candidatura de Xavier, sugerida por Guedes en mayo.

Documentos bajo secreto

En las respuestas enviadas al Legislativo, los ministerios declararon que la candidatura del brasileño no llegó a formalizarse. Pero el de Economía se contradijo y presentó copias de las cartas que se enviaron a los ministros de cinco países del Caribe, en las que presentaba el nombre del candidato de Guedes y pedía su apoyo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores, en cambio, utilizó las excepciones previstas en la ley de acceso a la información para clasificar de confidenciales las diez comunicaciones realizadas con representantes de gobiernos extranjeros. Cuando se decreta este tipo de secreto en un documento público, su contenido oficial solo puede descubrirse tras un período de cinco años. Tras el cuestionamiento oficial del PSOL, se han decretado al menos dos de estos secretos, lo que ha generado desconfianza incluso entre los miembros de tres representaciones diplomáticas con quienes EL PAÍS ha conversado. El partido de la oposición ha interpuesto una denuncia en la Fiscalía Federal contra el canciller Ernesto Araújo.

“No es común decretar secreto en comunicaciones tan simples”, afirma uno de los diplomáticos latinoamericanos entrevistados. Otro comenta que, desde el principio, los movimientos de Araújo parecían ir en dirección opuesta a los de Guedes. “Mientras los representantes del Ministerio de Economía decían que votáramos a Xavier, los de Relaciones Exteriores nos pedían que esperásemos una orientación estadounidense”, dice. Guedes solo retiró la candidatura el 15 de junio, después de hablar por teléfono con representantes del Gobierno de Trump. El 16, Estados Unidos presentó a Claver-Carone, que fue elegido con los votos de 30 de los 48 países que conforman el BID. La Argentina de Alberto Fernández retiró a su candidato de la campaña y se abstuvo en la votación.

Con sede en Washington, Estados Unidos, la principal función del BID es financiar acciones públicas y privadas destinadas a reducir la pobreza y los problemas sociales en América Latina y el Caribe. Solo el año pasado, el banco aprobó 11.300 millones de dólares en 106 operaciones. Entre sus beneficiarios se encuentran órganos públicos y privados. Su actual presidente, cuyo mandato termina este año, es el colombiano Luis Alberto Moreno, que ha estado en el cargo desde 2005.

Alineación automática

La votación para la presidencia del BID se une a otras cuestiones en las que, desde que Bolsonaro asumió la presidencia, el Palacio del Planalto se ha alineado automáticamente con la agenda internacional del Gobierno de Trump. El vínculo se ha intensificado durante el último mes, cuando Trump ha aumentado sus eventos de campaña y su movilización para intentar reelegirse. Brasil, además de satisfacer los intereses de Estados Unidos al renunciar a su propia candidatura a la presidencia del BID, ha ido en contra de los productores brasileños al aceptar extender tres meses el plazo para importar etanol estadounidense con aranceles más baratos. Tampoco se ha opuesto al anuncio de Washington de que recortaría el 80% de las importaciones brasileñas de acero. En un comunicado, el Gobierno de Estados Unidos también agradeció el “diálogo productivo” establecido con el canciller Ernesto Araújo.

Brasil ya había aceptado dejar entrar a los estadounidenses en territorio brasileño sin visado —aunque no hubiera reciprocidad por parte de Estados Unidos— y accedió a retirarse del pacto mundial de migración. “Todos los movimientos del Gobierno de Trump deben tener en cuenta su campaña de reelección. No es diferente en su relación con Brasil”, advierte Camila Asano, directora de programas de la ONG Conectas. En los tres casos más recientes, Guedes recomendó a Bolsonaro que siguiera un camino diferente al que acabó tomando. Pero este lo ignoró solemnemente.

Visita de Pompeo

Este viernes, el ministro Araújo se reunirá con el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en Boa Vista, cerca de la frontera con Guyana. Es la segunda visita de Pompeo a Brasil, donde estuvo en enero del año pasado para la investidura de Bolsonaro. En esta reunión, el secretario hará declaraciones contra el régimen venezolano de Nicolás Maduro. También visitará ciudades de Colombia, Surinam y Guyana, países que se oponen al gobierno venezolano. El trasfondo es el apoyo de la comunidad latinoamericana al Gobierno de Trump para las elecciones del 3 de noviembre. En su cuenta de Twitter, el secretario ha afirmado que la visita será para celebrar la democracia y la “libertad” en Occidente.

En Roraima, Pompeo visitará junto a Araújo los centros de atención humanitaria a los venezolanos de la operación Acogida. Lo curioso es que, desde marzo, Brasil no recibe migrantes venezolanos debido a la pandemia de covid-19. Se espera que los dos cancilleres también discutan la subasta de la banda de frecuencia de telefonía móvil 5G y las concesiones de etanol que Brasil ha hecho a Estados Unidos. “Estamos ante una política exterior contraproducente. Rompe las tradiciones y no aporta ningún beneficio, ni económico ni de poder blando”, considera Camila Asano.

Para otros analistas, Brasil corre el riesgo de aislarse si Trump pierde las elecciones. “Algo que nos ha enseñado la política brasileña de los últimos dos años es que nunca podemos subestimar al presidente”, escribió Oliver Stuenkel, columnista de EL PAÍS y profesor de relaciones internacionales. Stuenkel afirma que sería una excelente noticia que Bolsonaro adoptara una postura pragmática si el demócrata Joe Biden resultara elegido. “Sin embargo, vista la política exterior bolsonarista hasta ahora, hay que prepararse para una crisis en la relación con los Estados Unidos y un creciente aislamiento de Brasil en Occidente”.


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