MIkel Oyarzabal, la fiabilidad personificada

Mikel
Oyarzbal es la fiabilidad personificada. Incluso en los partidos más grises -no es el caso de ayer- es capaz de generar acciones que dan puntos a su Real. Pero es que si además está acertado, como durante en su partido 200, es un seguro de vida al que aferrarse.

La primera parte del eibarrés no estaba siendo del todo completa. El habitual ímpetu y esfuerzo del capitán no se estaba viendo recompensado en el juego. De hecho, en la acción que termina en pena máxima Oyarzabal es un espectador más, hasta que llega la hora de lanzarlo. Balones al ‘10’.

Desde que Xabi
Prieto se retirara y Willian
José entendió que no debía lanzar él los penaltis, Mikel
Oyarzabal no ha fallado ni un solo lanzamiento desde los 11 metros. Los diez penaltis del ‘10’. Bien podría ser el título de una película. Oyarzabal acarició el balón con mimo. Lo colocó con sutileza sobre la cal esférica. Levantó la cabeza y desafió a Soria encontrando su mirada. Mikel respira. Gipuzkoa aliviada. Carrera corta, saltito antes de impactar con el esférico, apura a que David Soria se venza a la derecha para engañarle y disparar a la izquierda. Efectividad plena. Mismo modus operandi que en las 10 veces anteriores. Nadie es capaz de pararle un penalti a Mikel
Oyarzabal.

Da 2-0, participa en el tercero

Si marcar el primer gol del curso al líder Getafe y derribar el entramado defensivo del conjunto azulón fuera poco, Mikel
Oyarzabal aparece en los tres goles. Su segunda parte tampoco es que fuera demasiado brillante. Las patadas, golpes y triquiñuelas de Damián y Nyom, que le buscaron para sacarle del partido, no le desviaron ni un solo ápice del objetivo. Tenía entre ceja y ceja triturar al Getafe y nadie iba a fastidiar la noche. Un magnífico pase suyo dejó solo a Portu en el gol que anuló el VAR. Ni siquiera el vídeo-arbitraje es capaz de demostrar que el eibarrés estaba adelantado. Pero hoy era su día. Los minutos pasaban y Oyarzabal decidió que los tres puntos se quedaban en casa.

Fue el encargado de sacar el balón parado. Los córners envenenados no daban sus frutos, pero la falta lateral a algo más de 10 minutos para terminar el encuentro decantó el partido. Oyarzabal puso con mimo un centro que Merino, con control con el pecho incluido, introdujo a la red. 36 asistencias en 200 partidos. Todavía quedaba el broche. La Real defendía el 2-0 y Oyarzabal asomaba en zona defensiva para provocar que el duelo aéreo con Timor acabara en una asistencia de Merino a Portu. El eibarrés tuvo fuerza para llegar a ser empujado feamente por Cucurella en el fondo de las mallas de David
Soria. 200 partidos. 51 goles. 36 asistencias. Capitán infalible.


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