El silbo es una manera ancestral de comunicarse que todavía siguen utilizando en la isla canaria de La Gomera . Y David Silva es la correa de transmisión que utiliza desde hace 24 meses la Real para ensamblar su medular con el ataque. La entidad guipuzcoana celebra hoy el segundo aniversario del fichaje del crack de Arguineguín, que llegó con 34 años, ahora tiene 36 y firmó una ampliación de su contrato hasta los 37. Cuando está bien y sobre el campo, los de Imanol bailan al son que él marca. Por eso en Anoeta se sigue valorando el privilegio que representa que vista de txuri urdin este campeón del Mundo y de Europa.
La Real reaccionó de manera meteórica y acertada cuando el Real Madrid cometió la felonía de no permitir que Martin Odegaard, que se había salido en su primer año de cesión, no pudiera cumplir el segundo, como estaba pactado. Unos días después, ficharon a un Silva que ya se había comprometido con la Lazio, donde iba a cobrar más dinero. El trauma devino en bendición: con el grancanario la Real ganó la Copa y obtuvo un quinto y un sexto puesto.
El balance de los 60 partidos de Silva en la Real es revelador de su ascendencia: 33 victorias (¡un 55%), 13 empates (22%) y 14 derrotas (23%). El único problema es que, por mor de las lesiones, el grancanario sólo ha podido intervenir en 60 de los 102 partidos oficiales que la Real ha disputado desde su advenimiento, un escaso 59%.
El pasado junio terminaba contrato y decidió ampliarlo un año más, aceptando una rebaja salarial. ¿El último? El fútbol lo dirá.