El sevillista que más sufrió durante la temporada del equipo andaluz y para el que el título alzado en Budapest significada una liberación era su director deportivo, Monchi. El de San Fernando ha recibido críticas muy dudas durante el año, tanto por la confección de la plantilla como por su comportamiento en determinados partidos en los que salió al campo a arengar a sus aficionados.
Por eso, el triunfo ante la Roma supuso para el de San Fernando algo especial. “Ha sabido mejor que ninguna”, decía, refiriéndose a las 7 Europa League que el Sevilla tiene en sus vitrinas bajo su dirección. “Ha sido un año difícil, así que esto no lo soñaba nadie. Ahora, a la Champions League la próxima temporada, que nos viene bien a todos. Hacer feliz a esta afición es lo más grande”, añadía.
Seguidamente, el ejecutvo gaditano se dirigía a una parte de los 13.000 sevillistas que poblaban las gradas del Puskas Arena con una bandera en la que se podían ver los 7 títulos de Europa League y una frase en la que se parodiaba a sí mismo: “Vamo a cantá el himno”.
La referencia aludía a uno de los momentos más críticos de la temporada, a comienzos de la misma cuando en el estadio del Almería, tras caer derrotado el Sevilla de Lopetegui, Monchi bajó al césped y arengó a un grupo de aficionados que habían viajado y que habían mostrado su descontento. El de San Fernando, mostrando su temperamento racial, invitó a esos hinchas a cantar el himno de El Arrebato para calmar la frustración que sentían, lo que le hizo recibir numerosas críticas, algunas de ellas despiadadas, sobre todo desde la prensa de Madrid, que también volvió a recriminar este comportamiento de Monchi tras el derbi en el Benito Villamarín, cuando cruzó el campo para celebrar con los suyos, y algunos golpes de pecho, el empate de los suyos en el campo del eterno rival.