Monica Lewinsky, una protagonista a la fuerza



A mediados de diciembre Monica Lewinsky publicó en su cuenta de Twitter una “noticia de última hora”: “Puedes hablar del juicio político [contra Donald Trump] sin etiquetarme”. La exbecaria de la Casa Blanca, cuya intimidad dio la vuelta al mundo cuando tenía 24 años por una relación sexual que había mantenido con el entonces presidente Bill Clinton, buscaba en su mensaje que el tercer impeachment de la historia de Estados Unidos no reviviera el tormento que cambió su vida hace dos décadas atrás. Fracasó en el intento y los medios siguieron recurriendo a su imagen para referirse al proceso de destitución de Clinton. Por eso, a finales de enero, cuando el Senado debatía sobre el futuro del presidente republicano, escribió una batería de opciones diferentes del nombre de “la mujer menos poderosa y más joven” involucrada en el escándalo de 1998.
“Un recordatorio amigable sobre otras formas que no sean el uso de mi nombre en [relación a lo sucedido en] 1998. No lo enmarquemos en la mujer + la persona más joven y menos poderosa involucrada: La investigación de Starr; El juicio político de 1998; El escándalo de 1998; La acusación de Clinton; Ese loco error de 1998”, escribió Lewinsky, hoy convertida en una activista contra el acoso en Internet. El exreportero de la Casa Blanca, Ron Fournier, le respondió disculpándose por haber utilizado su nombre en esa época para referirse al “escándalo Clinton”.
A pesar de que Lewinsky quería desmarcarse del juicio político contra Trump, el día que se supo que Kenneth Starr formaría parte del equipo defensor del mandatario, escribió: “Este definitivamente es uno de esos días de ¿estás jodiéndome?”. Starr fue el fiscal especial que lideró la investigación sobre los negocios de Clinton y que derivó en el destape de la relación sexual que había mantenido el presidente con su becaria dos años atrás. En un principio, el demócrata negó las acusaciones, pero Lewinsky le entregó al fiscal Starr el famoso vestido azul con manchas de semen como prueba. Además, en el interrogatorio que le hicieron para el caso, Lewinsky sostuvo que Clinton y ella practicaron “entre 12 y 20 veces” sexo oral en un anexo del Despacho Oval. El presidente de  la primera potencia mundial le habría dicho a su becaria, que entonces tenía 22 años, que no consideraba la felación como infidelidad conyugal.
Para Lewinsky, ese tormento le hizo perder “gran parte” de su vida durante “más de una década”. Ahora, en los tiempos del #MeToo, quiere contar su versión. La activista está trabajando para la cadena FX como productora de la tercera temporada de American Crime Story, que se adentrará en el impeachment de 1998. Clive Owen interpretará al presidente y Beanie Feldstein (Booksmart) a una joven Monica Lewinsky. Su estreno está previsto para septiembre de este año.


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