Muchas piedras en el camino de vuelta del Alavés


La LFP mantiene su cruzada particular para concluir la actual temporada y disputar los encuentros de liga que restan, un total de once. Si la evolución de la pandemia sigue siendo positiva, el plan de desescalada anunciado por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en principio favorece sus planes.



Sin embargo, los clubes deben todavía solventar varios problemas para poner de nuevo en marcha la competición. En el caso del Alavés, además, se une a todo ello la falta de acuerdo con la plantilla en la reducción de su sueldo. Sin duda, todo ello c
onforma un camino de vuelta muy, quizás demasiado, empedrado.

En el caso albiazul, se mantiene abierta aún la negociación entre el consejo de administración y los capitanes. A diferencia de la mayoría de clubes de Primera División, el Alavés decidió dar un primer paso unilateral y, junto con el Baskonia, presentar un ERTE el pasado 27 de mayo.

La solución en ambos clubes ha sido bien distinta. Si en baloncesto el sindicato de jugadores ya ha alcanzado un pacto de rebaja de sueldo con la Euroliga, en el equipo de fútbol la negociación todavía no ha llegado a buen puerto.

Negociación complicada

La postura inicial del club de presentar el ERTE y fijar un porcentaje único de rebaja de sueldo se disputaran o no los encuentros pendientes no agradó a la plantilla. El Expediente de Regulación Temporal de Empleo ya incluye una bajada con carácter retroactivo, a aplicarse desde el momento en que la detección de diez casos positivos en el área deportiva albiazul –tres futbolista y siete integrantes del cuerpo técnico- y de cinco en entre los trabajadores del grupo Baskonia-Alavés obligó a suspender los entrenamientos.

Ya en abril, Edgar Méndez expresó en una entrevista en el canal mexicano de televisión TUDN el malestar existente entre los jugadores. El canario desveló que el club pretendía aplicar un porcentaje del “28 por ciento” de descuento en los sueldos, lo que fue considerado como “inaceptable” por parte de la plantilla y, además, pretendía que dicho porcentaje fuera fijo. “El club se salvaguarda y pone en el caso peor”, expuso el extremo, convencido de que se iban a jugar los partidos pendientes.

Los capitanes del equipo –Manu García, Víctor Laguardia, Fernando Pacheco y Rodrigo Ely- ha representado a sus compañeros en las conversaciones mantenidas con la entidad. Desde el primer momento, la unidad prevaleció en la plantilla.

Porcentaje mayor

La última propuesta por parte del consejo de administración tampoco ha sido aceptada por sus futbolistas. En ella se planteó una rebaja del 20% si la competición se suspendía de forma definitiva y otra del 12% en caso de que se jueguen los once partidos pendientes.

La rebaja del 12% planteada si se disputan los duelos que restan sigue siendo superior a la mayoría de los porcentajes que se van a aplicar en la mayoría de los clubes de Primera. Por poner un ejemplo, el Eibar, uno de los últimos en alcanzar un acuerdo con sus futbolistas, va a bajarles un 15% si se suspende la temporada y un 2% en caso de que se dispute lo que resta de campaña.

Mientras tanto, en la entidad gasteiztarra, los contactos entre las partes se mantienen en víspera de la reanudación de los entrenamientos. El próximo lunes, el club abrirá sus instalaciones para que los jugadores puedan acudir a ellas para empezar a trabajar, por ahora de manera individual.

Si nada se tuerce y no surge un repunte de la pandemia, los entrenamientos en grupo podrían iniciarse a partir del 26 de mayo, fecha en la que arrancaría una pretemporada atípica y especial para, a partir de mediados de junio, retomar lo que resta de competición con un calendario desquiciante.


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