Munir pide paso en el Getafe

Munir pide paso en el Getafe

La eliminación del Getafe de la Copa del Rey tras caer en dieciseisavos contra el Levante (3-2) dejó la buena noticia del rendimiento de Munir. El marroquí volvió a demostrar que se encuentra fino físicamente y con ganas de tener más protagonismo. 

El ex-jugador del Barça está teniendo un papel secundario en el equipo de Quique Sánchez Flores, al que llegó el verano pasado en busca de los minutos que no tenía en el Sevilla. Sin embargo, el técnico madrileño tiene fe ciega en Mayoral y Unal, que fueron los principales artífices de la milagrosa salvación de la temporada pasada. 

La Copa del Rey ha sido el torneo en el que Munir ha podido jugar con regularidad y demostrar que está preparado para aprovechar sus oportunidades. Con cuatro goles en tres partidos ha sido el jugador más destacado en los encuentros frente a Diocesano y Levante

Ahora que la Copa ha terminado para el conjunto azulón, es el momento para que trasladé a LaLiga las buenas sensaciones que ha mostrado en el torneo copero. Aunque apenas suma 255 minutos repartidos en nueve partidos y ninguna titularidad, su rol podría cambiar tras haber mostrado que tiene un talento especial.  Además de la cuota de gol que puede aportar, destaca sobre el resto por su facilidad para asociarse y asistir. 

Los cuatro goles de Copa, dos contra el Diocesano y otros dos al Levante y el tanto anotado ante el Athletic le han situado como el máximo goleador de la plantilla junto a Enes, el mejor teniendo en cuenta cantidad de minutos jugados y goles marcados. Una estadística que le podría valer para ser titular la próxima jornada frente a ”su Sevilla”, al que visitarán este domingo (18:30h). No existe mejor escenario para ser de la partida por primera vez y demostrar que merece más oportunidades.

Una carrera muy por debajo de las expectativas

Munir apareció en la élite como un jugador llamado a ser importante en el Barça, club del que es canterano. La afición culé se enamoró rápido de su zurda y de sus goles. Sin embargo, la caída fue igual de grande que la subida. Tras no acabar de explotar se fue cedido al Valencia y al Alavés. Allí sus actuaciones fueron esperanzadoras, especialmente en el conjunto ‘babazorro’, en el que se convirtió en un auténtico ídolo. Tuvo una nueva oportunidad en el Barça y no la supo aprovechar. 

Se fue al Sevilla y jugó 4 temporadas en el Sánchez Pizjuán con más sombras que luces. A pesar de dejar destellos de gran talento nunca ha sido capaz de ser constante y regular, algo que ha acabado por desgastar la confianza de casi todos los entrenadores que han confiado en él. Ahora en el Getafe las expectativas son bajas, pero tal vez es el momento de girar la tortilla y explotar definitivamente. Con 27 años está a tiempo de hacer una carrera deportiva a la altura de la calidad que posee. 




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