Muy inoportuno

No soy seguidor del fútbol de selecciones, lo asumo. Si acaso, de las fases finales de los grandes eventos. Cuando la Liga coge velocidad de crucero, toca recaudar a las federaciones y paran la competición 15 días.

Por eso recibo con desagrado estos parones. Más cuando estamos expectantes, aquí en Bilbao al menos, ante el partido que nos espera el 4 de abril. Hubiese preferido jornada liguera.

Me desagrada mucho que los clubes, quienes pagan a los jugadores, estén obligados a cederlos incluso cuando colisiona de una forma tan clara con sus propios intereses. ¿Por qué no concentrar estos partidos oficiales y verbenas recaudatorias al finalizar la competición de clubes? En otros deportes se hace. Un calendario de clubes, otro de selecciones.

Tenemos jugadores ajenos al trabajo diario previo a una final de Copa. En un momento clave no están a disposición del técnico, ni en dinámica de grupo. Por si fuera poco, vuelven a sólo 72 horas de la final.

Y sin meter en la ecuación la posibilidad de alguna lesión, que la hay. Alguno dirá que también se pueden lesionar con sus compañeros. Correcto, pero sería trabajando para el club que les paga.

¿Imaginaríais que alguien pudiese disponer del coche que con esfuerzo estamos pagando para darse un garbeo cuando le venga bien? De pagarlo nos hacemos cargo nosotros, de la puesta a punto y tenerlo limpito también.

Llega alguien, se lo lleva unos días, lo rentabiliza con pasajeros y lo devuelve con más kilómetros y en ocasiones averiado. Lo reparas y dos meses después, se lo vuelve a llevar…

Ahora, en días previos a la boda de tu hijo/a, cuando quieres tener el coche en el garaje preparado y limpito para usarlo el día grande, un tipo anda dando vueltas con él por ahí.

-Motivación-

A estas alturas de la película, con cosquilleo ya en el estómago, es momento de aprovechar cuanto suponga un acicate, una motivación. No me ofenden chinitas o gracietas, leones de piedra, dardos envenenados o paranoicos artículos desde el otro lado. Hay que estar muy por encima, utilizarlo como elemento motivador. El que ríe último, ríe mejor.

Es lógico y hay que tomarlo como tal. Da salsa a este evento entre claros rivales. Pero no se puede tener la piel tan fina cuando te viene del otro lado; esto no me queda suele quedar tan claro.

La frase de Imanol Alguacil a cuenta de que ‘El fútbol les debe una y se la piensan cobrar en la final’ es un mensaje que no solo no me molesta, sino que me encanta. Quiero pensar en que figura ya en tamaño bien grande en el vestuario del Athletic, equipo al que por supuesto el fútbol no le debe ninguna (ironía on’.

Mensaje para nuestros jugadores. Evoca aquella frase de Del Nido. Aprovechémosla en beneficio propio. Hemos pasado por muchas para que alguien nos venga con eso de que el fútbol les debe una. Y que además asegura que se la vamos a pagar nosotros.

Me encantan las frases de Imanol Alguacil; en ocasiones consiguen motivar a la parroquia rival. Posiblemente, al acercarse el partido, nos dé más. Se llama nervios, presión. Contrasta con un Marcelino más ducho en estas situaciones. Extrañaría que el asturiano se saliese del mensaje políticamente correcto, del reconocimiento y elogio hacia el rival de aquí al partido. Es lo que procede. Ya despertarán al león otros.

Si nada se tuerce, aquí en siete días.


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