Neuronas espejo y la empatía, ¿para qué sirven?

Las neuronas espejo son un grupo de células que se encuentran en el área de Broca y en la corteza parietal en los seres humanos, y fueron descubiertas por el equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti.

Estas células se encuentran relacionadas con los comportamientos empáticos, sociales e imitativos e imitan o reflejan la actividad de lo que se está observando.

¿Qué son las neuronas espejo?

La función específica de estas células es reflejar la actividad que estamos observando y se activan al observar a otro individuo realizar esa acción determinada. Estas células permiten reflejar esa acción en nuestro propio cerebro, y de allí viene su nombre.

Los expertos en neurociencias suponen que estas neuronas desempeñan una función destacada en el amplio abanico de capacidades cognitivas que están ligadas a la vida social.

Estas son la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona o la capacidad de imitación, que se constituye en un proceso fundamental dentro de los procesos de aprendizaje.

La peculiaridad que poseen estas células, según Marco Lacoboni, neurocientífico de la Universidad de California, es que no solo permiten reflejar aquello que vemos fuera en nuestro interior, a nivel motor, sino que también lo hacen posible a nivel emocional.

Las neuronas espejo están conectadas al sistema límbico, que se vincula directamente con la regulación de las emociones, la memoria y la atención.

Lacoboni afirma que los niños que imitan y observan las expresiones faciales presentan una mayor activación de estas neuronas, por lo que expresan mayor empatía.

Cuando el niño ve a alguien sonreír, sus neuronas espejo crean una simulación interna de esa sonrisa en su cerebro, envían esas señales al sistema límbico y terminan sintiendo exactamente lo mismo que la persona que sonríe.

Los seres humanos nacemos dotados de ciertos mecanismos que nos permiten imitar las acciones que vemos o percibimos. Con solo unos pocos días de vida, somos capaces de representar expresiones faciales y a pocas semanas de haber nacido, ya pueden demostrar emociones básicas de alegría o enfado.

Las neuronas espejo reflejan las emociones de los demás en nuestro propio cerebro, además de sus acciones. Es por ello que nos emocionamos ante una representación teatral, o una película o durante la lectura de un libro o de algún cuento para niños.

Lo mismo sucede con el aprendizaje. Siempre recordaremos a los maestros que nos supieron tratar con cariño y con respeto, y nos llamaban por nuestro nombre.


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