Abel Barrera
La Fiscalía General de Estado (FGE) detuvo a Rutilio N en la ciudad de Tlapa, suegro de la niña, de 15 años, encarcelada por 11 días en la comunidad de Dos Ríos, municipio de Cochoapa el Grande, por la Policía Comunitaria con el argumento de que se había robado unos huipiles, cuando se trataba de una agresión sexual contra la menor. Al agresor se le formuló imputación por violación equiparada.
Horas más tarde de su detención, la FGE emitió un comunicado donde confirma la prisión preventiva en contra de Rutilio, después de realizarse la audiencia inicial. El Ministerio Público (MP) obtuvo prisión preventiva en contra de Rutilio, “acusado como probable responsable del delito de violación equiparada, hechos denunciados en la carpeta judicial C-310/2021. También se encuentra relacionado como probable responsable en la carpeta de investigación diversa, por el delito de trata de personas y lesiones”.
A las 4:30 de la tarde se inició la audiencia de imputación, en la cual se señaló que Rutilio es acusado por violación equiparada. Para entender esta realidad cruenta, Tlachinollan recabó testimonios, en la cual el señor Rutilio había agredido sexualmente a la niña: el 10 de mayo de 2021, como a las 11:00 de la noche, después de haber festejado el Día de las Madres, a doña Hilaria, la suegra, quien invitó a la menor para que tomara cerveza, le fue imposible negarse. Tuvo que ceder ante la insistencia de quien la maltrataba constantemente.
Muy pronto se mareó y prefirió irse a dormir. Al poco rato, entró el suegro, le tapó la boca y la agredió sexualmente. Otro día fatídico fue el 30 de junio, cuando la niña dormía en su cuarto. Sintió que alguien la empezó a tocar, despertó y se percató que era su suegro. Trató de resistirse, pero la calló violentamente y le recordó que ya había pagado por ella, la amenazó que la mataría y que también lo haría con su padre.
Lo más cruento, fueron las agresiones sexuales que desde noviembre de 2020 soportó en los campos agrícolas de Michoacán.
La niña permaneció cautiva por cinco años acorralada por sus suegros y sometida por el poder machista de las autoridades comunitarias. Las secuelas han marcado de por vida a una niña indefensa. El dictamen médico estableció que hubo violación contra la menor y que causó daños psicoemocionales graves.
A los 11 años de la niña fue su matrimonio forzado por parte de sus padres, Rutilio entregó 130 mil pesos como pago de la hija de Juan Manuel. Vivieron tres años juntos en la casa paterna. En el 2020, cruzó la frontera para trabajar en Nueva York y saldar la deuda. El cautiverio de la niña es inenarrable por todo lo que ha padecido. Se armó de valor y encaró al suegro que nuevamente intentó violarla. Huyó de la casa y se refugió con su abuela. Pasó muchas noches en vela pensando cómo contener la brutalidad del suegro.
En la comisaría de Joya Real, Rutilio señaló a la menor que le había faltado el respeto y había huido de su casa. Para las niñas y las mujeres, las autoridades machistas lo que merecen es la cárcel por haberse rebelado. La policía comunitaria de Dos Ríos, persuadida por Rutilio, cedió a sus caprichos para encarcelar a la menor, exigiendo la devolución de los 130 mil pesos.
La detención de Rutilio se debió a la férrea lucha de las niñas y mujeres de la Montaña que deciden romper las cadenas de la esclavitud matrimonial, enfrentando situaciones que atentan contra su integridad física y su vida misma.
Abel Barrera, director y fundador del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan
Tlapa de Comonfort, Guerrero, 20 de octubre de 2021
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