No será lo que soñamos

Cuando se acordó jugar la final de Copa 19/20 con público, esperando para ello lo que haga falta, pensé en
Zurutuza
. Es el único jugador de la plantilla que, toda vez que anunció su decisión de abandonar la Real a la conclusión de esta temporada, no opta a estar en la gran cita frente al Athletic, se juegue cuando se juegue, si es que se juega, ya que ver las gradas llenas hoy en día sigue siendo una quimera y no se ha concretado hasta cuándo se esperará con tal de que haya público. ¿Hasta 2022 si hace falta?

Zurutuza
no ha jugado ni un solo minuto en el torneo del KO y, por tanto, habrá quien le quite trascendencia al hecho de que cuando se juegue la final esté en otro club o se haya retirado pero se trata sólo de un ejemplo, simbólico además al ser el único superviviente del ascenso, de la desfiguración a la que se somete a esta final. En aras de jugar con público, un bien deseado por todos, claro, pero que ni siquiera está garantizado en un plazo concreto.

Imaginemos que el día que por fin se juega,
Zaldua
integra la defensa del Athletic,
Yuri
la de la Real,
Iñigo


Martínez
y
Oyarzabal
han fichado por el Manchester City,
Williams
está en el Real Madrid y
Merino
en el Barcelona. Es fútbol ficción, por supuesto, y con hipótesis, seguramente, poco reales, pero que nadie está en condiciones de garantizar que no sucederán. La única forma de aportar algo de justicia a la final sería permitir que sólo jugaran los mismos futbolistas que tenían ficha al lograr el pase en marzo.

A partir de ahí, el precio a pagar al separar tantísimo en el tiempo las semifinales de la final será un ‘partido Frankenstein’, en el que seguro que habrá emoción ya que, al fin y al cabo, habrá un título en juego entre Real y Athletic, pero será una cita con tintes algo artificiales, en absoluto será lo que soñamos.

Schuster, el ‘antivasco’

Bernd


Schuster
(Augsburgo, 1959) fue un fantástico jugador. Dotado de un espectacular golpeo, el alemán fue un jugador tan brillante como polémico, con una carrera llena de derrapes y controversias. A los 21 años, ya era una de las mayores realidades del fútbol europeo tras brillar en la Eurocopa de 1980 en la que también sobresalió
Zamora
.

Pero, desde que fichó por el Barcelona, ese mismo verano, su carrera estuvo llena de polémicas. Abandonó la selección con apenas 23 años, salió mal del Barcelona en 1988 y , posteriormente, jugó en Real Madrid y Atlético. Luego también fue entrenador de Getafe y Madrid, entre otros, y aunque como futbolista ganó títulos, siempre quedó la imagen de que pudo ser un jugador mucho más grande.

De lo que poca duda queda con
Schuster
es de su pésima educación, como ha vuelto a dejar ahora patente al mostrarse como un furibundo ‘antivasco’. Malencarado en el campo, dejó varios cortes de manga a la grada como legado, además de un buen repertorio de feas acciones, también ante Real y Athletic, a cuyas aficiones ahora ha censurado duramente. No está para hablar ni para dar lecciones el alemán, que encontrará motivos más graves para criticar en las aficiones de los clubs en los que jugó sin decir esta boca es mía. Ha perdido una buena ocasión de permanecer en silencio.