Nueve años de la vuelta del 9

Hoy se cumplen nueve años de la presentación del probablemente mejor fichaje de la historia del Athletic. Aquel 28 de junio de 2012, Josu Urrutia saltó al césped de la vieja Catedral escoltado por Aritz Aduriz e Isma López. El delantero donostiarra volvía a casa de nuevo, pero esta vez para convertirse en un mito.

La apuesta de la directiva del entonces presidente del Athletic por el veterano ariete no estaba exenta de riesgo. Al contrario. La negativa de Fernando Llorente a renovar había generado crispación en el entorno rojiblanco. Marcelo Bielsa, tras un primer año mágico en el banquillo bilbaíno hasta las dos finales (Europa League y Copa) tampoco contribuyó a calmar las aguas. Al contrario.

El técnico rosarino sorprendió a propios y extraños al referirse a la llegada de Aduriz e Isma López en la ya famosa rueda de prensa de las obras de Lezama. Bielsa, de manera directa y frontal, reconoció públicamente que “nunca solicité el ingreso de jugadores en particular. Nunca he puesto condiciones en la llegada o salida de futbolistas, es importante aclararlo. Señalé las dos posiciones que el club debe reforzar, que no coinciden ni con la de Aduriz ni con la de López”.

Meses más tarde y después de verle en acción tanto a la hora de entrenar como de competir, el ahora míster del Leeds United no tuvo inconveniente en reconocer que el donostiarra era un auténtico profesional y uno de los mejores rematadores que había tenido nunca a sus órdenes.

El tanto del fichaje de Aduriz, bajo tal perspectiva, conviene adjudicárselo a Urrutia y Amorrortu, director deportivo de la entidad bilbaína en aquella época. El club rojiblanco había asistido cuatro años antes a la sorprendente venta del ariete al Mallorca, por un precio que oscilaba en torno a los 5 millones de euros. El club presidido entonces por Macua necesitaba liquidez de manera urgente. La operación, eso sí, dio más quebraderos de cabeza que réditos a la entidad de Ibaigane.

El Athletic, en cualquier caso, pagó 2,5 millones al Valencia para traer a casa de nuevo al donostiarra. Su contrato inicial fue para tres temporadas, pese a que el ariete ya había superado para entonces los 31 años. Llorente, por cierto, venía de hacer 17 goles en la Liga anterior.

Increíble, pero cierto

“Tengo intención de aportar muchas cosas a este club. Me encuentro en una etapa de mi carrera muy positiva. Tanto en el plano personal como deportivo y mental, probablemente este es mi mejor momento. Es algo que no quiero que se quede solo en estas palabras y espero poder demostrarlo en el campo y que todo el mundo pueda estar contento de que yo esté aquí”.

La declaración de intenciones del delantero rojiblanco el día de su presentación sonó a premonición. En el primer convulso año con Bielsa, Aduriz acabó como pichichi del equipo en el torneo liguero con 14 dianas. El donostiarra fue superando este registro a medida que cumplía años.

El cuatrienio de Valverde lo saldó con 16, 18, 20 y 16 goles. Con Ziganda hizo 9 en Liga, uno menos que Raúl García, pero se salió en Europa. La campaña de Berizzo y Garitano firmó solo dos dianas y en la última campaña con el deriotarra, que se retiró con 39 años, solo metió el de la inolvidable chilena ante el Barça.

Hoy hace nueve años Aduriz, que ya había defendido la casa rojiblanca en dos ciclos anteriores, volvía al Athletic para hacer historia.


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