Nuevo paso del Alavés hacia el abismo

“Aquí todo el mundo peligra”, advirtió el pasado jueves Josean
Querejeta en un claro mensaje hacia el banquillo. Las próximas horas serán cruciales para un Asier Garitano que podría ser cesado y no acabar la temporada. En ese caso, Javi
Cabello, entrenador ayudante de total confianza de la casa, tomaría el relevo.

Tediosa fue una primera mitad en la que ninguno de los dos equipos arriesgó nada. Llegó algo más a puerta el conjunto babazorro, pero sin crear peligro. En esta ocasión, con cuatro cambios en el once con respecto al mal partido ante el Granada, el de Bergara optó por colocar un trivote en la zona ancha y prescindir de Joselu de inicio.

Así, con Fejsa y Tomás
Pina como pivotes de contención, jugó por delante de ellos Camarasa con la teórica misión de enlazar con Lucas
Pérez, que apenas recibió un balón en condiciones en toda la primera mitad.

Lesión de Rubén Duarte

Vivió un serio contratiempo el conjunto albiazul cuando, en el minuto 31, poco antes de la pausa de hidratación, Rubén
Duarte recibió un fuerte pisotón en el pie que le obligó a ser sustituido de inmediato por Adrián Marín. Vistos sus intensos gestos de dolor y la aparatosa de hielo que se le colocó cuando ya estaba en la grada, todo apunta a que podría perderse lo que resta de temporada -ya un par de semanas-. Con ello, el equipo se quedaría sin su futbolista referente en el lateral zurdo.

Entró en su lugar Adrián
Marín en un equipo albiazul que vio cómo sus dos pivotes defensivos, Fejsa y Tomás
Pina, se cargaban con una tarjeta amarilla en el tramo final de un aburridísimo primer período.

Sin tirar a puerta

Tampoco se volvió loco el Valladolid, pero al menos trató de acercarse al área en la segunda mitad ante un cuadro gasteiztarra que, presa de sus miedos, se obsesionó con defender, con no arriesgar, y no fue capaz de llegar ni una sola vez con peligro a los dominios de Masip.

A partir del 57, Sergio
González movió el banquillo para dar más mordiente a su equipo. Metió a Waldo, Óscar
Plano y Enes
Ünal y su equipo, al menos, creó peligro.

Antes, en el 55, Alcaraz tuvo la primera de las tres claras blanquivioletas con un colocado disparo que su perdió rozando el larguero. En el 62, Roberto
Jiménez cumplió en su única intervención del choque desviando un centrado testarazo del ariete turco.

En el tramo final se encerró el Alavés y, en el 88, aconteció la tragedia. Magallán
regaló una falta al borde del área sobre Kiko
Olivas. Raúl
Carnero la ejecutó y, ante la desesperante blandura colectiva albiazul, Joaquín cazó un rechace para marcar a placer. A partir de ahí, como en el resto del partido, nada de nada por parte de un equipo vasco completamente roto.