Óscar Tusquets: “Si me dan tres años y tres millones, acabo la Sagrada Familia”

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El crítico de arte Rainer Zerbst analiza algunas de las facetas menos conocidas del artista en el volumen editado pro Taschen, Gaudí. La obra completa. En él trata la evolución de las ideas y el estilo del genio catalán. Gaudí aprendió del arquitecto Viollet-le Duc sobre las diferentes restauraciones interpretativas que pueden hacerse a partir de las construcciones medievales. Más adelante, encontraría en la arquitectura gótica un modelo fascinante, pero también defectuoso. Y entre lo fascinante y lo defectuoso se enmarca la Sagrada Familia, obra a la que dedicó la segunda mitad de su vida. Espectacular, emblemática y aún por terminar, este templo es, sin duda, su mayor obra. Durante su carrera, acometió otros 40 proyectos principales, más de 50 trabajos menores, numerosas colaboraciones y algo más de una veintena de proyectos no ejecutados.
Así, a medio camino entre la arquitectura gótica y el estilo imperante en aquella Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX, se levantarían unos edificios tan inusuales como geniales. Desde la mencionada catedral de la Sagrada Familia hasta el caprichoso Parque Güell, Gaudí desarrolló su propio lenguaje visual como parte del movimiento modernista catalán que se basaba en elementos del Art Nouveau. Inspirado también en la geometría y la naturaleza creó un sinfín de fascinantes formas abstractas y ondulantes. De todo ello se habla en este libro. A través de dibujos, planos y fotos históricas, se recorre la obra completa del arquitecto nacido en Reus en 1852, además de mostrar algunas de sus facetas más desconocidas.
El filósofo Fermín de Urmeneta recogía ya en una reflexión publicada en el Instituto Filosófico algunas de las facetas olvidadas de Gaudí: “Existen ciertas afirmaciones en su vida que han pasado inadvertidas y son de un gran y trascendente alcance significativo”. De esta forma, Urmeneta lo descubría como un artista preceptista capaz de dar enfoques personales –casi siempre desde lo espiritual– ante diversos problemas. También fue un estilista. “Cada uno lleva su estilo dentro, y el suyo sale espontáneamente, sin necesidad de adornarse”, afirmaba el filósofo. Y, claro, proyectista, porque en su mente –aunque jamás llegarán a plasmarse– se gestaron frecuentes y ambiciosos proyectos. “El único proyecto que he hecho en mi vida es el de la fachada de la Catedral de Barcelona”, dijo el arquitecto.

Interior de la Casa Milà, más conocida como La Pedrera. Getty

Gaudí ha sido también calificado como “Creador de estructuras” (R. Artigas), “El Dante de la arquitectura” (B. Bassegoda), “Maestro de templos” (A. Esclasans), “El arquitecto del Templo” (M. Ferrà), “El Arquitecto del naturalismo” (R. de Maeztu), “Estímulo de fatigados” (E. d’Ors), “Constructor de catedrales”, (L. Riher) o “Arquitecto genial” (C. Soldevila). Después de todo, tal vez era simplemente un humanista sobre del que se han escrito hasta 400 publicaciones.
Fue pionero en la utilización de nuevos sistemas de construcción. Con un estilo repleto de simbolismos, experimentó bajo la premisa del ensayo y error, sirviéndose de modelos a escala y diferentes formas y estructuras. Echamos un vistazo entre las páginas de esta nueva publicación en la que se exploran de forma minuciosa y sorprendente sus múltiples facetas, además de algunas de sus obras maestras menos ortodoxas.

Atardecer tras la Sagrada Familia. Getty

La Sagrada Familia
La Sagrada Familia es el monumento más famoso de Barcelona. Comenzó el proyecto en 1883. Inacabado en el momento de su muerte en 1926, la construcción aún continúa hoy. Zerbst recuerda esta conversación en la introducción del libro. “¿Quieres saber dónde encontré mi modelo?”, le preguntaba Gaudí a un visitante de su taller. “En un árbol erguido que lleva sus ramas, y estas, a su vez, sus ramitas, y estas, a su vez, las hojas. Y cada parte individual ha estado creciendo armoniosamente, magníficamente, desde que Dios el artista la creó”, respondió.

Imagen del proyecto de embarcadero del joven Guadí.

Proyecto embarcadero
El artista estudió en la Escuela de Arquitectura de Barcelona de la Universidad Politécnica de Catalunya. En su segundo año de carrera investigó varios estilos arquitectónicos históricos con el fin de realizar su visión particular del proyecto de un embarcadero, uno de los mejor valorados de todos los que se presentaron. En este dibujo para un muelle, que denominó Palacio- Castillo, incorporó desde elementos árabes hasta otros clásicos con la intención de subir nota.

Bajo la plaza de la Colonia Güell se encuentran estas icónicas columnas. Getty

El Parque Güell
Su investigación sobre la arquitectura clásica se extendió al Parque Güell de Barcelona, donde las columnas, de inspiración dórica, llenan por completo lo que era un antiguo mercado donde se pretendía emplazar a los vendedores ambulantes que se quería atraer a la colonia. Una obra en la que las columnas exteriores se inclinan hacia el interior para compensar el enorme peso de la plaza que se encuentra sobre ella. Gaudí se inspiró, una vez más, en la naturaleza del cuerpo humano. Lo que lo hace inconfundible es el estilo, sobre todo, en la forma de decorar el techo con coloridos mosaicos. El parque fue construido entre 1900 y 1914.

La fachada de la Casa Vicens, en el barrio de Gràcia. Getty

Casa Vicens
La Casa Vicens en Barcelona tiene balcones de hierro forjado que muestran similitudes con muchas estructuras de estilo Art Nouveau. Gaudí, tomando como fuente de inspiración las plantas y las flores que crecían en el solar antes de iniciarse la construcción, añadió un sinfín de detalles ornamentales, especialmente los motivos orientales y de mosaico en la fachada, lo que, sin duda, la hace única. Situada en el barrido Gràcia, terminó de construirse en 1888.
Casa El Capricho
Acometida entre 1883 y 1885, la casa El Capricho, en la ciudad de Comillas (Cantabria), tiene un minarete inspirado en la mezquita Shah en Isfahan, Irán. Se trata de un edificio concebido como un organismo vivo en el que las actividades diarias que en él se pueden llevar a cabo van cambiando de emplazamiento siguiendo el recorrido del sol.

El minarete de la casa El Capricho, en Comillas. Getty

El Palacio Güell
Terminado en 1889, el Palacio Güell presenta una versión lúdica de la arquitectura gótica. Gaudí era conocido por usar algunos materiales de construcción inusuales. En este edificio fue donde incorporó nuevas formas modernistas y acabados como los mosaicos hechos a partir de tazas de café rotas. Este es uno de los proyectos con los que se dio a conocer como uno de los mejores arquitectos del momento.

Interior del Palau Güell. Getty

 


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