Otro Athletic, otro Valencia, otro San Mamés

Otro Athletic, otro Valencia, otro San Mamés

Nadie hablará hoy en Bilbao del Valencia como un equipo antideportivo, leñero, marrullero o adjetivos parecidos a los que se escucharon la pasada temporada cuando Bordalás era su entrenador. El equipo actual de Gattuso poco o nada se parece a aquel otro. Los nombres, pese a algunas ausencias notables, son parecidos; su forma de mostrarse a ras de césped, nada que ver.

Sirva como ejemplo Diakhaby. El central francés sacó de quicio a los jugadores y aficionados de San Mamés tanto en la visita copera como en la liguera de la anterior campaña. Ayer, en cambio, pasó totalmente desapercibido. Tan solo un pequeño roce con Raúl García y poco más.

Cierto es que el Athletic tampoco dispone esta temporada del mismo míster. Valverde va imponiendo poco a poco sus ideas y le gusta atacar, atacar y seguir atacando sobre la portería visitante asumiendo los riesgos justos. Al técnico gasteiztarra, como a Marcelino, le penaliza la falta de pegada de los leones.

Habrá que convenir, en cualquier caso, que el Valencia de Bordalás sí tenía una impronta propia. Nada que ver, al menos de momento, con la de Gattuso. Al alicantino le pitó e incluso le insultó la afición de San Mamés la pasada temporada. El italiano, en cambio, pasó desapercibido y en sala de prensa felicitó a la hinchada rojiblanca. También es cierto que el primero no perdió en ninguna de sus dos visita y el segundo sí en su estreno.

La grada popular de animación, el homenaje a Muniain por sus 501 partidos como león con Iribar y Susaeta a pie de campo, el propio fútbol del Athletic… El espíritu festivo de Aste Nagusia se trasladó ayer hasta San Mamés antes, durante e incluso después del partido. Tres puntos al saco. Por cierto, a diferencia del partido ante el Mallorca, el capitán rojiblanco eligió campo y a su equipo le tocó atacar la segunda parte hacia la portería de los goles. El tanto de Berenguer, en cambio, fue en la otra.




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