Pablo Iglesias: “No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España”

El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, este domingo en Barcelona.
El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, este domingo en Barcelona.Alberto Estévez / EFE

Pablo Iglesias ha asegurado este lunes en una entrevista en el diario Ara que “como vicepresidente del Gobierno español” tiene que reconocer que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, en referencia a Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. Estas palabras contradicen la respuesta que la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, dio a su homólogo ruso Serguéi Lavrov, después de que este comparara la situación del opositor Alexéi Navalni, encarcelado a su regreso a Rusia y víctima de un envenenamiento el pasado verano, con la de los políticos independentistas catalanes condenados por el procés. “España es una de las 23 democracias plenas”, le recordó la ministra. El PSOE se ha desmarcado de la afirmación del líder de Podemos.

En plena campaña catalana, el líder de Podemos fuerza su discurso cada vez más para marcar distancias con el PSOE, su socio en el Gobierno central, y ganarse apoyos entre los electores nacionalistas de izquierdas. Hace tres semanas, en una entrevista en La Sexta, comparó a Carles Puigdemont (procesado en rebeldía y huido de la justicia desde hace más de tres años) con los miles de exiliados republicanos durante el franquismo, lo que generó una fuerte polémica, tras la que evitó rectificar.

Iglesias ha defendido durante la entrevista de este lunes la reactivación de la mesa de diálogo sobre Cataluña puesta en marcha por el Gobierno de coalición y ha recordado que todas las partes tendrán que ceder para alcanzar un acuerdo. “Sé que me atacarán mucho por decir esto, pero para que esto se produzca en circunstancias aceptables no pude haber independentistas en las prisiones y en el exilio. El diálogo así no podrá llegar a buen puerto”, ha dicho.

“¿Cómo puede haber normalidad democrática en nuestro país si un conflicto político ha dejado de poder gestionarse por vías políticas y ha acabado gestionado por vías policiales y judiciales?”, se pregunta Iglesias sobre el procés. Y continúa: “Quien piense que lo que pasa en Cataluña lo resolverán las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o los jueces no entiende la historia del Estado de los últimos 200 años”.

Ábalos: “Este es un país democrático”

El PSOE no comparte en ningún modo las palabras del secretario general de Podemos. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha asegurado que discrepa “absolutamente” con la afirmación de Iglesias. “Tenemos la normalidad propia de un Estado de Derecho donde se aplican las leyes a todos por igual”, ha dicho Calvo, para quien en la campaña electoral catalana “todo el que quiere y puede participa” y “quien no participa es porque huyó de su país”, en referencia a los políticos condenados y a Puigdemont, respectivamente.

El secretario de Organización de los socialistas y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, por su parte, también ha marcado distancias con el líder de Podemos, pero se ha contenido, tratando de evitar un nuevo episodio en el serial de discrepancias con su socio de coalición. “Siempre voy a reivindicar la democracia en España, es una de las democracias con mayor calidad que existen en el mundo, perfectamente homologada en Europa. Ahora, la normalidad democrática también permite elementos de anormalidad. Todos sabemos que el sistema democrático no es perfecto y contiene siempre elementos de anormalidad que hay que atajar. Pero de ahí a considerar el global no tiene a nuestro juicio ningún sentido. Este es un país democrático y está bastante orgulloso de este hecho. No ha sido un hecho fortuito, lamentablemente no ha sido una constante en nuestra historia; más bien hay que entenderla con excepciones democráticas y tenemos que intentar que este periodo, que es el más largo en democracia, siga así de modo indefinido”, ha afirmado.

Las palabras de Iglesias marcan posición propia, y al margen de la del Ejecutivo, frente al intercambio de los últimos días entre España y Rusia. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, exigió a Moscú la liberación de Navalni y reclamó una investigación sobre el ataque al opositor. El ministro de Exteriores ruso criticó ante Borrell la “retórica indecorosa” de los países occidentales y les recriminó que aspiren a dar lecciones a Rusia cuando en los mismos se dan casos de “decisiones politizadas”, y mencionó el juicio del procés, cuyos líderes fueron condenados por sedición y malveración de fondos públicos, mientras que Puigdemont se encuentra fugado de la justicia.

La respuesta de González Laya, fijando la posición del Gobierno, fue tajante: “Sin entrar en comparaciones que siempre son odiosas, yo quisiera recordarle al ministro Lavrov que España es una de las 23 democracias plenas [que hay] en el mundo y solo hay 23. [En cambio] Rusia está en el puesto 124 de 167 países”. “Quisiera recordar que en España todos los ciudadanos, todos, tienen garantizados sus derechos y libertades y no hay presos políticos, hay políticos presos”, añadió.

Pedro Sánchez ya mostró su rechazo a la comparación de Iglesias sobre Puigdemont y el exilio republicano en enero. “Son la base de nuestra democracia, tenemos una deuda con aquellas gentes (…) que implica cumplir y defender el Estado de derecho”, sentenció el presidente del Ejecutivo y secretario general del PSOE. En esta ocasión, que ocurre a una semana de las elecciones catalanas del 14-F, Ábalos, número tres de los socialistas, ha hecho malabarismos para evitar la confrontación con el socio minoritario del Ejecutivo. “El vicepresidente defiende la democracia en España con claridad y defiende la profundidad democrática. Otra cuestión es que entremos al detalle de determinadas declaraciones. Son elementos de precisión. Una cosa es que el sistema no sea normal y contenga anomalías. Todo el mundo sabe que las democracias presentan anomalías pero eso no hace que el sistema sea anómalo”, ha afirmado.


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